El altruísmo es el motor de un sistema de trasplantes público que sitúa a España a la cabeza del mundo. Y una empresa alemana pretende "torpedear nuestra línea de flotación". Rafael Matesanz, director de la Organización nacional de Trasplantes, así lo afirma al hablar de la actuación de la empresa alemana DKMS, dedicada a la captación de donantes de médula. La entidad actúa legalmente en su país, pero no ha pedido permiso como es preceptivo en España para ejercer una actividad sanitaria como es promocionar y obtener donantes ni a las Comunidades Autónomas, ni al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Además la ley española exige que "la promoción de la donación se haga de forma general, sin buscar el beneficio de personas concretas".