Andrea, estadounidense, lleva seis meses viviendo en Madrid. Salió de noche con un amigo y terminaron ebrios. De vuelta a casa subió al autobús equivocado. Llegó hasta el final de la línea. Eran las 4:00 de la madrugada y estaba sola y perdida. Un hombre se sentó a su lado y le ofreció ayuda. Cuando se dio cuenta de que estaba en peligro comenzó a gritar desesperada y se defendió con todas sus fuerzas. Andrea asegura que la violó. Semidesnuda y cegada por la sangre salió corriendo descalza por la calle, donde un hombre la socorrió y llamó a una ambulancia.