Llevaban casi un año pisándoles los talones. Desde septiembre, la policía les vigilaba muy de cerca. Gesto serio para entrar en el coche policial ante la sorpresa de muchos vecinos. Poco después salía el otro detenido. Caminaba sonriente, aunque casi como un desafío, y ante la presencia de las cámaras, gritaba "Alá es el más grande". Dice Interior que los detenidos lideraban una célula que no sólo distribuía propaganda de la organización terrorista Estado Islámico. También la elaboraba e incluso buscaban a quienes radicalizar.