Amanece en Becerreá, Lugo, este seis de noviembre Teresa Romero estrena libertad. Se abre la puerta y aparece ella sobre las 11 de la mañana. Besa a su madre, una y otra vez. La notamos cansada pero está feliz aquí. Habla de sus compañeros y enmudece con las cuestiones legales y protesta por la presión mediática porque Teresa, repiten, necesita descansar. Becerreá es un pequeño pueblo a 457 kilómetros de Madrid, de tan sólo 3.250 habitantes y a 45 kilómetros de la capital de provincia.