Si algo comparten las monarquías española y marroquí, es su pasión por el mar, aunque lo de navegar entre dos aguas, no sólo puede provocar conflictos territoriales. La presencia de dos lanchas de recreo y tres motos de agua, el pasado 7 de agosto, en el mar de Ceuta, levantó las sospechas de la Guardia Civil. Los agentes procedieron a pedir la documentación a las embarcaciones. Y entonces apareció Mohamed VI de Marruecos, preguntó a los agentes si no le reconocían. Sólo uno lo hizo cuando el rey alauí quiso quitarse las gafas de sol.