Febrero de 2013. Rajoy anuncia que nunca cambiará la ley electoral "por mayoría". Que es "uno de los consensos básicos que hay que preservar". Agosto de 2014, el PP ofrece diálogo pero sin descartar, llegado el caso, acometer la reforma de la ley en solitario. Ningún partido apoya el cambio antes de las elecciones. Dilema para Rajoy: renunciar al deseo de su partido o incumplir su promesa.