Artur Mas y su equipo de gobierno en funciones acudían a su reunión matutina especialmente sonrientes. Estaban a punto de facilitar el acuerdo con los republicanos, concediéndoles una de sus grandes peticiones: El impuesto a los depósitos bancarios. Facilitará las cosas con Esquerra, y las complicará con el gobierno central, radicalmente en contra de ese impuesto. Anunciado el impuesto, quedaba cerrar lo más importante para los republicanos, la consulta. Este hombre Oriol Junqueras, líder de Esquerra se reunía con Mas y confirmaba el acuerdo.