En Valle Gran Rey el suelo es un mar de cenizas. El fuego se lo llevó todo por delante, también a los animales. Ante tanta destrucción, los vecinos difícilmente contienen el llanto. Porque ver tu casa en ruinas, o haberte salvado por los pelos, o las calles que casi ya no son ni eso, duele. En un barranco cercano, unas palmeras secas y llenas de rastrojos son, según los vecinos, las culpables de que Valle Gran Rey sea uno de los pueblos más afectados de La Gomera.