Nueve días después de los atentados en Francia, Europa contiene la respiración con Bélgica en el punto de mira. Pero afortunadamente, una macro-operación por todo el país ha evitado la tragedia. El escenario ha sido Verviers, una localidad al este del país, cercana a la frontera alemana. La policía, alrededor de las 6 de la tarde, asalta una vivienda de una célula yihadista. Se escuchan varias detonaciones y disparos en un inmueble cubierto por las llamas. Una escena que rompe la tranquilidad del vecindario. Les seguían la pista desde hacía semanas. Un grupo de radicales islamistas que pretendían ataques inminentes y a gran escala en el país y que centraban su objetivo en las fuerzas policiales. El balance: dos presuntos yihadistas muertos y un tercero detenido. Todos al parecer de nacionalidad belga.