El cielo de Gaza volvía a iluminarse anoche con el resplandor de las bombas. Ataques aéreos que se cebaban con los cabecillas de Hamás, el más letal dejaba a un jefe de policía de la organización sin casa y sin familia. Dieciocho de sus miembros murieron sepultados bajo estos escombros. Hamás golpeó el territorio israelí con 90 cohetes, el bombardeo más intenso desde el comienzo de la ofensiva y en Hebrón los palestinos lo celebraban. "Una demostración de que somos fuertes", dice este hombre. Y con esa fuerza volvían a enfrentarse al enemigo israelí.