Francia pone límite a las interminables jornadas laborales. Nada de llamar al trabajador fuera de su horario: ni móviles, ni mails, ni tareas. Al menos durante 11 horas sus jefes no les podrán molestar. También tienen garantizado el descanso durante el fin de semana. El objetivo: desconectar del todo, al menos durante 35 horas seguida. Así lo han acordado sindicatos y patronales de ingenieros, consultores e informáticos. De momento, sólo beneficia a tres sectores, pero el acuerdo abre el camino a que extienda al resto. Los expertos aseguran que con estas medidas mejora la salud y el rendimiento del trabajador.