El caos y la confusión se han adueñado de las más de 700 personas que estaban en el Teatro Apolo de Londres. En plena función los espectadores escucharon un fuerte crujido, empezaron a caer cascotes y parte del techo del auditorio se desplomó sobre el patio de butacas. En un principio se pensaban que era parte del espectáculo.