Los supervivientes intentan asimilar la tragedia que les podía haber costado la vida. "Un hombre hizo fuego quemando una manta, pero tenía las manos manchadas de gasolina y le empezaron a arder. Tiró la manta y el fuego se extendió por la cubierta. Todos nos asustamos y fuimos hacia el otro lado del barco, que acabó volcando", cuenta uno d elos que han salvado al vida. Ahora les espera un futuro incierto, como a los más de mil que llegaron días antes a Lampedusa. Afrontan una posible multa de hasta 5000 euros por un delito de inmigración clandestina. En las últimas horas se han recuperado 83 cadáveres y ya son casi 200 los muertos confirmados. El papa Francisco se ha acordado de ellos en el rezo del ángelus y ha pedido a sus fieles una oración por las víctimas.