El Senado, de mayoría demócrata, tumbaba a última hora la estratagema de los republicanos en la cámara de representantes. Aprobaban un plan presupuestario que evitaría el cierre de la administración a cambio de que se congelara durante un año la entrada en vigor de la reforma sanitaria, la gran apuesta de Barack Obama. Y el principal reto del Tea Party, el grupo radical que impone su voz en el partido republicano y que ha hecho de su oposición al llamado Obamacare su principal caballo de batalla. Pero el presidente Obama insiste: La reforma sanitaria entra hoy en vigor lleguen a un acuerdo o no. La ley sigue adelante y también su financiación. Es decir, con esta nueva ley se espera que millones de estadounidenses por primera vez tendrán acceso a una cobertura médica. La división entre republicanos y demócratas se centra principlamente en determinadas partidas para financiar la reforma sanitaria, la principal apues