Está contra las cuerdas, pero no pretende arrojar la toalla. El conservador Pedro Passos Coelho asegura respetar la decisión del Constitucional, pero según él "tiene consecuencias muy serias para todo el país". El Gobierno portugués pretende mantener las riendas que tensó la troika por el rescate. Para impedir, precisamente, una segunda intervención. Y como no hay margen, dicen, para subir los impuestos, van a seguir la vía de más austeridad para cumplir con el objetivo de déficit.