En el sur del Italia, el primer ministro asistió ayer al funeral de la joven de 16 años que murió en el atentado del pasado sábado. Mario Monti se unió a los miles de personas que quisieron dar su último adiós a la adolescente que perdió la vida en el ataque con bomba, en el que otras diez personas resultaron heridas. Aunque en un principio se pensó en que podía ser obra de la delincuencia organizada, los investigadores ahora creen que pudo ser obra de un solo hombre.