Poco después de despegar de su base, un F-18 de la Armada estadounidense se ha estrellado en una zona residencial de Virginia Beach, al este de Estados Unidos. Los dos pilotos consiguieron saltar poco antes del choque. Cuando los vecinos fueron a socorrerles, les pidieron disculpas: "Le preguntaron al piloto si estaba bien y dijo que sentía haber destrozado nuestra casa. Estaba cubierto de sangre pero consciente", explica una mujer.