En la habitación de guerra de la Casa Blanca, siguieron en un monitor los 40 minutos del asalto a la mansión donde se encontraba el líder de Al Qaeda. Allí estaban el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la Secretaria de Estado Hillary Clinton y el departamento de Seguridad. En el momento de la captura y muerte de Bin Laden, Hillary Clinton se tapa la boca como señal de sobresalto.