La poca delicadeza y educación del presidente estadounidense Donald Trump no deja de acaparar titulares. El último desaire ha sido ante la prensa de la Casa Blanca. La lluvia persistía y aunque Trump tenía un paraguas de grandes dimensiones, no ha querido compartirlo con su esposa. Parece ser que nada le importa más al presidente que su imagen y que la lluvia no le despeine. Este tipo de desplantes se han visto durante toda la legislatura: en muchas ocasiones, prácticamente obliga a Melania a abandonar el escenario. Incluso el día de la investidura, Donald Trump la dejaba atrás y fue Obama el que tuvo que darle una lección de modales a su sucesor.