Minutos después de la agresión sufrida a Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno continuó con el paseo por las calles de Pontevedra y fue despedido entre aplausos por algunos ciudadanos. Instantes más tarde también fue detenido el agresor, quien también fue despedido por algunos ciudadanos a gritos de “¡Bravo!”. Luego Rajoy ha confirmado a los periodistas que se encontraba “muy bien". "Estupendamente, ningún problema”, dijo para mandar un mensaje de tranquilidad.