Con un estilo desenfadado en las antípodas del de sus colegas europeos y sus críticas aceradas a la austeridad, el ministro griego de Finanzas Yanis Varoufakis se presentó ante el mundo como la cara más iconoclasta del Gobierno de Atenas. Un universitario de 53 años, formado en Reino Unido, que vivió varios años en Australia, mochilero, trotamundos, economista por accidente, marxista ocasional férreo opositor a los planes de rescate, pero un firme partidario de seguir en la Eurozona.