Los ojos del mundo están pendientes de Atenas. La capital griega ha sido el escenario de dos manifestaciones. Dos concentraciones masivas, inmensas en cuanto a la participación y de signo bien diferente. Una en favor del no propuesto por el Gobierno en la plaza Syntagma. Y otra, en favor del sí a las condiciones impuestas por Europa ante el antiguo estadio olímpico. Un sí y un no, cada vez más igualados en los sondeos sobre el referéndum del domingo, incluso con alguna ventaja para el sí. Y esa es la razón por la que Alexis Tsipras ha lanzado un nuevo mensaje a la nación para pedir el voto negativo y para afirmar que eso no tiene que significar, en absoluto, que Grecia tenga que salir del euro y de Europa.