Tras más de once horas, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín abandonaban el edificio. Con semblante serio, y tan solo con dos tímidos buenas noches, la infanta se dirigía a los periodistas. Su marido decía estar bien y ambos entraban en el mismo coche que les había llevado hasta allí. Han sido los abogados de la hermana del rey quienes han asegurado que la infanta se ha ido "serena" y que ellos se iban con la sensación del deber cumplido.