Son tiempos difíciles y sin precedentes para FIFA, ha reconocido Joseph Blatter en la inauguración en Zurich del sexuagésimo quinto congreso del organismo que rige el fútbol mundial. El dirigente suizo ha calificado como vergonzosas y humillantes las detenciones de ayer de siete altos cargos por corrupción. Y ha dejado entrever que habrá más malas noticias en los próximos meses. Pero no ha hecho caso a los que le han exigido que dimita como presidente.