Eini ha sido criada en total aislamiento de la sociedad por su padre, un hombre temeroso del mundo que incluso llega a someterla a violencia psicológica y física. Su mayor miedo es que Eini lo abandone. Hace todo lo posible para hacerle creer que el mundo exterior y la gente que lo habita son malvados, y que todo lo que tiene que ver con la sexualidad femenina y la vida adulta es peligroso. La brutalidad a la que Eini se ve expuesta la empuja casi hasta perder el sentido de su propio yo, y se ve obligada a luchar por sus derechos como mujer.