Abu Shadi es un padre divorciado y profesor de unos 60 años que vive en Nazaret. Cuando su hija se case, dentro de un mes, vivirá solo. Shadi, su hijo, es arquitecto y vuelve de Roma, tras pasar muchos años fuera, para ayudar a su padre a entregar en mano todas las invitaciones, como establece la tradición palestina. Pasar el día juntos en el coche hace brotar las tensiones existentes en su relación y supone un gran reto para sus frágiles y diferentes vidas.