Toni es un chico de unos veintipocos años, ni más guapo ni más feo que otros, que no comprende a las mujeres. Se esfuerza por quedar con ellas de todas las formas posibles, pero sólo obtiene desencuentros que no hacen más que subrayar su fragilidad y lo solo que está en el mundo. Pero las cosas van a cambiar. Por Internet conocerá Irene, una mujer de armas tomar que se lo va a hacer pasar muy mal durante una noche terrible, imprevisible y progresivamente irrespirable. Un ángel o un demonio, o un demonio con pinta de ángel. Una chica chispeante y encantadora o una desquiciada que le va a hacer sudar sangre. Que va a desmontar todos sus prejuicios e ideas preconcebidas sobre las mujeres. Todo ello en la que va a ser la peor cita de su vida entre las angostas paredes de un bar semidesierto, con las nada agradables interferencias de un camarero entrometido, una ex violenta y el novio de ésta, todavía más enloquecido y tocapelotas. Y la atónita mirada de un grupito de clientes asustados, en el fondo tan perdidos y acomplejados como el protagonista. El marco perfecto para que surja el amor más puro, más verdadero. Y sí, también el más tóxico.