Ao 50 a.C. Toda la Galia est ocupada por los romanos, excepto una aldea poblada por irreductibles galos que todava resiste ante el invasor. Exasperado por la situacin, Julio Csar decide cambiar de tctica: como sus ejrcitos han sido incapaces de imponerse por la fuerza, va a ser la misma civilizacin romana la que se encargue de seducir a los brbaros galos. Para ello, el Csar ordena construir al lado de la aldea una lujosa residencia para romanos: la Residencia de los Dioses. Astrix y Oblix tienen que esforzarse para frustrar los planes del emperador.