Esta semana, Vladimir Putin sembraba polémica y esperanza a partes iguales en el mundo, con el anuncio de que Rusia ya tenía preparada una vacuna para el coronavirus, que iba a empezar a ser administrada en los próximos meses, y que incluso ya se la había administrado a su propia hija para asegurar que era fiable.

Sin embargo, además de la esperanza que causó la noticia, también levantó muchas opiniones escépticas al respecto, con gente que aseguraba que no era posible desarrollar una vacuna tan rápido. Y no gente cualquiera, la organización Mundial de la Salud ya advertía de que el fármaco tendrá que pasar todos los controles pertinentes antes de ser distribuida, y ahora los propios médicos rusos han dejado constancia de que tampoco se fían del todo de Putin y su vacuna.

Un sondeo entre 3.000 doctores y especialistas de la salud rusos, han participado en una encuesta en la aplicación 'Doctor's Handbook', ha arrojado que el 52% de los encuestados no está dispuesto a ser vacunado, y solo el 24,5% estaría de acuerdo en recibir una vacuna que, de momento será voluntaria. Entre las razones, muchos creen que es arriesgado probarla antes de hacer más pruebas, mientras que los que están a favor creen en su amplia mayoría que el escepticismo está movido por los celos extranjeros.