Todos queremos lucir un aspecto impecable, pero a veces resulta imposible. Las inoportunas manchas hacen su aparición sobre nuestra ropa para dejarnos en mal lugar y con un aspecto descuidado. Te proponemos cinco trucos a continuación para ayudarte a combatir las manchas más frecuentes. Entre los trucos hay uno de rescate inmediato que te resultará especialmente útil cuando no quieres renunciar a la ropa elegida y no te dé tiempo de meterla en la lavadora antes de ponértela.

Rescate frente a una mancha reciente

Para hacer frente a una mancha que se te acaba de producir, lo mejor es usar dos servilletas de papel o dos trozos de papel absorbente de cocina. Pones uno de los trozos sobre la tabla de planchar, sobre él la zona de la prenda manchada y encima la otra servilleta humedecida. Hecho esto, coge la plancha previamente calentada, aunque sin una temperatura muy elevada y plancha sobre la servilleta humedecida. Una vez se haya secado la servilleta humedecida, lo más probable es que la mancha se haya transferido a ella, abandonando tu prenda.

Cuello amarillento

El cuello de las camisas blancas de algodón muchas veces acaba amarillento por el roce del cuerpo sudoroso con la tela. Le puedes devolver su blancura a la camisa con un paño humedecido en agua oxigenada. Frota con él el cuello y después lava la camisa con agua y tu jabón habitual de lavadora.

Mancha de sudor

Además de en los cuellos, las manchas de sudor se aposentan en aquellas zonas de camisas y camisetas que entran en contacto directo con las axilas. La solución para los cuellos también puedes aplicarlas en la zona de las axilas para las camisas blancas de algodón. Pero cuando la prenda no es blanca, qué hacer. Diluye cuatro cucharadas de vinagre blanco en dos tazas de agua y empapa la mancha. Debes dejar actuar al producto durante al menos media hora. Después, lava la prenda con normalidad, es decir, como sueles hacer.

Mancha de perfume

Hay perfumes que nos juegan malas pasadas y manchan la ropa. No solo te arruinan el look trabajado, ya que el perfume suele ser lo último que nos ponemos, sino que después la mancha no es fácil de sacar de la prenda. Por supuesto que no quieres renunciar a esa ropa. La solución está en la droguería tradicional y en un producto multiusos, el amoniaco. Aplica con la misma botella unas gotas de amoniaco sobre la mancha, deja actuar durante unos cinco minutos y después lava esa prenda como sueles hacer, ya sea a mano o a máquina.

Tinta de bolígrafo

Sobre todo la ropa de los niños llega muchas veces a casa con rayas de bolígrafo o, en el peor de los casos, manchas de algún estropicio con un bolígrafo mal tapado y que no regula bien su flujo de tinta. Para estos casos hay un truco que siempre funciona. Rocía la mancha con laca de pelo antes de meterla en la lavadora para lavarla como habitualmente haces. No tienes que cambiar de detergente ni de programa de lavado.