Los radares son los 'espías' de la policía para los conductores que conducen más rápido de lo que deben ir. Donde no llegan los agentes están ellos, aguardando a que un coche exceda la velocidad permitida para cazarles y ponerles una multa. Lo que muchos no saben es que existe este pequeño truco para poder engañarlos.

Relacionadas

Las multas por exceso de velocidad son las más recurrentes que pone la DGT. Casi dos de cada tres sanciones son por este motivo, y la mayoría se registran en vías secundarias. Estas son captadas por radares ocultos, puestos ahí por la DGT para prevenir accidentes en tramos peligrosos. Sin embargo, estos dispositivos no saltan a la velocidad real, ya que tienen un pequeño margen de error marcado por la UE.

'Así te hará la foto'

Según la Directiva Comunitaria 2015/413 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de marzo, todos los radares de la Unión deben tener esta pequeña compensación para que, en caso de fallo no nos pongan la multa. Además, gracias a esto, los conductores se sienten más cómodos, ya que no se tienen que regir a un límite fijo.

Desde este verano, los radares se rigen por la regla del 7. Esto significa que a partir de los 100 km/h se aplica el 7% de la velocidad permitida para actuar. Por debajo de esto, tenemos que sumarle 7 km/h más. Así quedan los límites reales:

  • 40 km/h: multa a 47 km/h
  • 50 km/h: multa a 57 km/h
  • 90 km/h: multa a 97 km/h
  • 100 km/h: multa a 107 km/h
  • 110 km/h: multa a 118 km/h
  • 120 km/h: multa a 129 km/h

Cuando estés conduciendo ten en cuenta esta pequeña ampliación del límite para no preocuparte si has pasado bien o no.