Sector primario | La recuperación de un cultivo tradicional

Tenerife recupera un cultivo histórico de Canarias copiando un modelo de la Conquista de 1492

Del cultivo de la caña a la producción del ron, el ciclo histórico repetido ahora en un peculiar ingenio del siglo XXI que copia el modelo impuesto tras la Conquista en 1492

Arriba, la destilería de El Amparo y abajo, la plantación en La Caleta.

Arriba, la destilería de El Amparo y abajo, la plantación en La Caleta. / El Día

Recuperar los cultivos históricos para defender el patrimonio agrícola de Tenerife, la que fuera una de las Islas del azúcar, en el umbral del año 1500 y buena parte de la centuria. Lo asegura como motivación del proyecto Nacho Zerolo, el alma máter de un grupo de emprendedores tinerfeños, mezcla de etnografía, en un primer momento, el actual, y de negocio, a largo plazo, con el umbral puesto en 2029.

Del cultivo de la caña a la producción del ron. Este es el ciclo repetido ahora en un peculiar ingenio del siglo XXI que copia el modelo impuesto en 1492, tras la Conquista de Canarias, por la corona castellana. Se construyeron entonces molinos, casas de purgar y calderas o bellos palacios solariegos. Los refinados y azúcares se convirtieron en puente dulce, con pilares clavados en el fondo del Océano Atlántico, entre Canarias y el continente europeo, sin faltar los guiños a África y América.

Destilería artesanal

Zerolo prefiere hablar de destilería artesanal y no de ingenio, por ser «algo muy pretencioso». Está ubicada en el bario icodense de El Amparo, en los altos de Icod de los Vinos, datada en 1885 y con 6.000 metros cuadrados. La sede del ron está separada por unos veinte minutos en coche –ya se han iniciado con gran éxito las visitas guiadas, con más de 300 personas desde febrero– de la plantación de 2.500 metros cuadrados en La Caleta de Interián, ya en Garachico.

Patrimonio agrícola

Contribuye a la recuperación del patrimonio agrícola con fines turísticos justo en la única zona, la comarca de Daute (Dante en algunas referencias europeas), plantada tras la llegada a Tenerife del Adelantado Alonso Fernández de Lugo. Un universo de cereales, vino y caña de azúcar –de gran calidad–, por lo cual, entiende Zerolo, «no podemos hablar de monocultivo». El círculo, tras el origen ancestral en Papúa y el desarrollo posterior en India, parte de Madeira, donde transportó el producto el gran Enrique el Navegante, para llegar luego a Canarias (Tenerife, La Palma y Gran Canaria), viajar por el Atlántico hasta las Antillas y volver al Archipiélago. El éxito esperaba en el Caribe con una labor costosa que reportaba grandes beneficios, y con factores imposibles de calcar: intenso calor, mucha agua en el cultivo extensivo, abundancia de mano de obra –en buena medida, esclavos africanos– y guanches canarios para cortar y transportar la caña y madera –la causa de la deforestación en Gran Canaria–.

La caña de azúcar: vuelta al siglo XVI

La caña de azúcar: vuelta al siglo XVI / José Domingo Méndez

La primera zafra

El portavoz nombra, «porque lo merecen», a quienes llevaron a cabo la primera zafra en abril del año pasado. Junto as él estuvieron Eloy González padre e hijo, Manuel Marichal Padrón y Aarón Barreto. Trajeron caña desde San Andrés y Sauces (La Palma) a Tenerife, porque aquí no había desde 1982, si bien en la Isla llegaron a existir 26 ingenios –seis o siete de gran calidad, sobre todo en la Isla Baja y la comarca Daute, donde ahora se recupera. En su segundo viaje, Cristóbal Colón la llevó al Caribe. Zerolo recuerda el asesoramiento de la catedrática de Historia de la Universidad de La Laguna, Ana Viñas, ya jubilada.

El proceso

En el año 2000 ubican las zonas donde hubo cultivo de caña y en 2022 llegan las primeras pruebas. Tras varios intentos, en 2023 localizan el terreno, a 2,5 kilómetros del ingenio histórico de La Caleta, y comienzan a plantar caña. Cañayron es el nombre que resume la idea. Por un lado, la caña; por el otro, el ron resultante de su proceso (llevará por nombre Ron 1500). Con el sello original en la Jamaica de 1665 y procedencia previa de Bermudas. Heredero del ingenio que en 1883 se encontraba en aquella casa de La Caleta. Allí, a finales del siglo XIX vuelve a resurgir el cultivo de la caña. De nuevo en Daute, por donde anduvo Fernández de Lugo, y núcleo de la plantación actual.

Otro círculo que se cierra, el cronológico que forman las fechas 1500, 1883 y 2023. El siguiente eslabón de la cadena será 2029: «Esta es una inversión romántica a cinco años vista», explica Zerolo. Entonces saldrá el primer producto al mercado con origen en aquella primera zafra; por lo tanto, el ron tendrá una trazabilidad explícita desde el corte hasta la botella. La idea es recuperar un cultivo tradicional y comercializar un ron exclusivo. Es posible seguir la ruta en 40 minutos. De la caña, el fruto dulce del campo tinerfeño que los niños de la capital esperaban cuando los distribuía el camión en los años sesenta del siglo pasado, al ron, la bebida de corsarios –mejor que piratas– y marineros, en general. El objetivo: tener en 2030 uno de los mejores rones del mundo con una producción limitada y un trabajo lento, profesional y artesano.