Crisis de la vivienda | La ‘misión imposible’ de encontrar un hogar

Las viviendas vacacionales ya triplican a las de alquiler de larga duración en Santa Cruz

Los principales portales del sector ofrecen en este momento en el centro de Santa Cruz y los barrios 600 viviendas turísticas, por tan solo 172 de arrendamiento convencional

Imagen de archivo de una inmobiliaria en Santa Cruz de Tenerife

Imagen de archivo de una inmobiliaria en Santa Cruz de Tenerife / María Pisaca

Daniel Millet

Daniel Millet

El número de viviendas vacacionales en Santa Cruz de Tenerife es más del triple en este momento que el de las dedicadas al alquiler de larga duración. En concreto, las principales plataformas ofrecen 600 opciones para contratar un piso o una casa por un periodo reducido de tiempo en el centro de la capital tinerfeña y los barrios, por solo 172 para un arrendamiento convencional. La búsqueda de un techo está tan complicada para los residentes sin recursos económicos suficientes para afrontar una hipoteca o un alquiler alto que solo hay una opción de 500 euros –un piso de 40 metros cuadrados en el barrio de María Jiménez– y dos de 600 euros –un piso el barrio de Salamanca y otro en Cueva Bermeja–. El resto supera los 600 euros y la media por una casa con dos dormitorios es de 700 euros mensuales.

La crisis de la vivienda que padece Canarias se agudiza sin que nadie lo remedie. Los precios siguen subiendo y la posibilidad de encontrar una opción a una coste razonable se vuelve imposible. En paralelo, cada vez más tinerfeños se suman a la larguísima cola de espera por un hogar, mientras los visitantes ven incrementadas las opciones de encontrar una habitación o una casa completa por unos días, unas semanas o incluso varios meses fuera de los hoteles y los apartamentos turísticos.

Los datos son demoledores. Según un estudio dado a conocer el pasado verano, los precios del alquiler de larga duración se incrementaron 14 veces más que los salarios en los últimos 10 años en las Islas, dificultando el acceso a una vivienda sobre todo a los colectivos más vulnerables. El estudio detalla que el coste de los alquileres ha aumentado un 85% desde 2012 en el Archipiélago, es decir, el precio por cada metro cuadrado ha pasado de 6,06 euros a más de 11 en apenas una década. Solo en el último año, las rentas se han disparado casi un 17% en las Islas. No ha ocurrido lo mismo con los salarios, que apenas han subido un 6%, por lo que la brecha entre los ingresos y las rentas se agiganta.

Los factores de una crisis

Los agentes inmobiliarios aseguran que la incidencia de la proliferación de las viviendas turísticas influye en esta problemática. El precio medio por día de un piso en alquiler vacacional de dos o tres dormitorios en el centro de Santa Cruz ronda actualmente los 70 euros. Si un propietario logra tenerlo ocupado solo durante la mitad del mes, ingresaría 1.050 euros, al menos 400 euros más que si lo alquilara por largos periodos. Esto explica en parte el crecimiento de esta oferta, que es aún mayor si se suman las opciones del mercado clandestino.

Pero hay más factores. Los expertos destacan el fracaso de la entrada en vigor de la nueva ley de vivienda el pasado mes de mayo, que ha tenido un efecto contrario al perseguido, y la falta de medios para controlar la oferta irregular. Chema Blanco, un agente inmobiliario que trabaja en Tenerife, asegura que «el mercado se ha convertido en una jungla» y que tiene constancia de la existencia de alquileres vacacionales en garajes reconvertidos en infraviviendas, remolques y azoteas con casetas de campaña. Hay hasta barcos que se alquilan por periodos reducidos a precios muy elevados, como dos yates atracados en el Puerto de Santa Cruz por más de 450 euros el día.

Ciro Machado, gerente de Don Piso en la Isla, subraya que la nueva normativa aprobada por el Gobierno central «espanta a los propietarios» a la hora de alquilar sus viviendas por largas temporadas. «Se creó para acabar con el problema pero en la práctica lo ha empeorado», detalla. «La inseguridad jurídica que ha creado la nueva ley y el hecho de que abra la puerta a que un inquilino pueda estar dos años sin pagar si se declara en situación de vulnerabilidad ha llevado a los dueños a pasarse al alquiler turístico. De esta manera, la oferta del alquiler convencional cae, la lista de demandantes es cada vez mayor y, como consecuencia, los precios se disparan», precisa.

La aplicación de la ley de vivienda ha contado, además, con el rechazo de algunas comunidades autónomas y no toca el alquiler vacacional, que según las últimas cifras oficiales facilitadas por las administraciones isleñas está alcanzando una dimensión extraordinaria. Según las estadísticas del Gobierno de Canarias y el Cabildo, en Tenerife había en abril 17.000 viviendas vacacionales, que se concentran en los municipios más turísticos pero crecen también en otros como la propia capital. Ha sido tal la expansión en Santa Cruz que se pueden encontrar múltiples ofertas en barrios alejados del centro de la ciudad como San Matías y Santa María del Mar.

Fracaso de la ley de vivienda

Chema Blanco coincide con Ciro Machado en que la ley de vivienda «ha fracasado» en los objetivos para los que fue planteada: facilitar el alquiler de vivienda a familias con pocos recursos. «Ante esta normativa, el propietario prefiere vender o dedicarse al alquiler vacacional porque considera que son las opciones más rentables y seguras. Incluso algunos optan por alquileres de larga duración pero por habitación. He llegado a ver habitaciones que se alquilan en la Isla por 500 euros», explica.

Blanco destaca que quienes se llevan la peor parte son los tinerfeños con limitados recursos económicos y quienes se llevan la mejor parte son los nacionales o extranjeros que sí tienen recursos. «La situación no solo beneficia a los visitantes que vienen de vacaciones y buscan el hospedaje por su cuenta, fuera de hoteles y apartamentos. También a los que deciden pasarse una temporada de seis meses o un año en la Isla, por razones personales o laborales. Llegan con importantes ahorros y pagan todo el alquiler vacacional por adelantado, por muy alto que parezca, como ocurre con los nómadas digitales, un fenómeno que también está influyendo en esta problemática».

Edificios enteros

Todos estos condicionantes hacen, según este agente inmobiliario, que algunos inversores estén incluso comprando edificios enteros en Tenerife –en especial en municipios como Puerto de la Cruz– para destinar todos los pisos al alquiler turístico. Tanto Chema Blanco como Ciro Machado dejan claro que las principales soluciones «van a tardar en llegar», por lo que prevén un grave problema social «de largo recorrido» que afecta a un bien esencial como la vivienda. «Llevamos 20 años sin construir casas de protección oficial que se puedan ofrecer a precios reducidos. Y ese déficit no se va a resolver de la noche a la mañana», avisa Machado.

Chema Blanco cree que las soluciones también pasan por «una nueva regulación». «Vistos los efectos perniciosos de la nueva ley de vivienda, habrá que crear otra normativa que acaben con el caos actual, así como incrementar los medios de control y, algo muy importante, construir más viviendas sociales para cubrir el déficit de tantos años sin obras», concluye.