El padre de la TGG

Tenerife le debe al ingeniero informático Antonio Cabrera la celebración, primero, de la TLP y desde el año pasado de la TGG

Antonio Cabrera, director de Tenerife o.

Antonio Cabrera, director de Tenerife o. / Andrés Gutiérrez

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Nacido en La Laguna en 1980, Antonio Cabrera coqueteó con la Medicina para rendirse a la informática, campo en el que desembarcó atraído por los videojuegos. Lo suyo no era la programación, sino crear grandes eventos tecnológicos que ponen en valor la industria y el desarrollo de la innovación.

Por el peso de la inercia familiar, Antonio Cabrera (La Laguna, 1980) estaba llamado a formar parte de una nueva generación vinculada a la medicina, como ocurre tanto con su padre como con su madre, investigadora.

Desde pequeño pululó por diferentes colegios de Aguere, como La Aneja hasta llegar al Cabrera Pinto y de ahí, a la Universidad en Bruselas precisamente para cumplimentar los estudios en medicina. Sin embargo, llevaba dentro el aguijón del videojuego y regresó a su tierra natal para formarse como ingeniero informático y luego lograr la máxima titulación en organización y desarrollo de proyectos.

Este ciudadano del mundo, que llegó a vivir en Granada y hasta Minnesota, en EEUU, entre otros, tuvo clara su vocación, la tecnología, a la que se entregó casi como si de un juego se tratara, hasta el punto que de la mano de los compañeros de Facultad celebró la primera quedada tecnológica en un piso. Antonio siempre tuvo claro que no estaba llamado a ser un gran programador, pero sí sentía, siente, pasión por la industria tecnológica y el desarrollo de la innovación.

Aquella experiencia con los compañeros de facultad fue solo el embrión de lo que estaba por venir. Y en el año 2005 lograron que un empresario funerario les prestara un local con la contrapartida de que los participantes en la cita informática se encargaban de adecentarlo. Dicho y hecho. Las lápidas y demás artículos funerarios fueron sustituidos por mesas y sillas para la cita informática que reunió a 70 jóvenes en este local de El Rosario.

Tanto fue el poder de convocatoria que una vecina requirió la presencia de la Policía por el trajín de los jóvenes, y hasta se personó en el lugar el entonces alcalde de La Esperanza, Macario Benítez, a quien conocía Antonio Cabrera de los cursos que había impartido de Alfabetización Tecnológica. El regidor municipal, lejos de recriminarle la actividad, animó a hacerlo de cara al público, por lo que al año siguiente se trasladó al pabellón de Radazul. Estaban previstos 250 participantes y se superaron los 300.

Ya en 2007, de la mano del entonces presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, y el consejero Víctor Pérez Borrero, toma cuerpo la TLP Tenerife, que se echa a andar en el recinto ferial de la capital tinerfeña. Lo que al principio parecía un mundo para llenar de participantes, ahora se queda pequeño, reconoce Cabrera.

En paralelo, funda Innova 7, una asociación que tuteló la TLP y en la que el propio Antonio Cabrera estuvo al frente durante diez años, hasta 2016. A partir de ahí, seis fundadores de la TLP Tenerife deciden emprender otro proyecto que aúna ordenadores y cultura, siendo fundamental el respaldo que reciben en 2019 de HiperDino, con el encargo del desarrollo de la Liga Canaria on-line ESport. La irrupción de la pandemia retrasó el estreno de su nuevo proyecto, TGG a 2021, y ahora se celebra la segunda cita.

Antonio Cabrera es un genio de la innovación. Contagia cuando habla a gran escala. Más allá de los 30.000 visitantes, piensa en los más de tres millones de usuarios virtuales en España, de mantener esta cita como referencia mundial mientras no descarta incluir otros eventos en otras latitudes. La TGG, en la que durante todo el año trabajan doce personas y ahora están implicadas 400, coloca a Tenerife como referente de la innovación a nivel mundial.