Nueva Canarias (NC), partido fundado en 2005 en la isla de Gran Canaria, presentó ayer en la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias un documento con media docena de alegaciones al Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Nacional del Teide entre las que se incluye la solicitud de creación de una tasa para que los no residentes paguen por acceder a este espacio.

El secretario de Implantación Territorial de la formación, el tinerfeño Valentín Correa, explica que «con esta iniciativa pretendemos aportar nuestra particular visión y contribuir a la mejora de la gestión de este singular espacio natural, que supone un símbolo para todos los tinerfeños, los canarios y los turistas que lo visitan». Correa resalta que una de las alegaciones más importantes es la relacionada con la creación de «una tasa finalista, para los no residentes, que grave las visitas al Parque Nacional».

«Sería una tasa, de la que estarían exentos los residentes, cuyo fin sería financiar todas aquellas actuaciones necesarias, tanto para la implementación del PRUG y de las medidas que contiene. Es evidente que el Parque Nacional necesita partidas de financiación económica y material técnico y humano con el que llevar a cabo todos lo que se propone», explica Correa.

Nueva Canarias en Tenerife, con la colaborado Jesús Arvelo Hermida, miembro del colectivo Salto a la Transición Ecológica, también plantea tres alternativas a la creación de lanzaderas de guaguas que, a su vez, sirviesen como infraestructuras para albergar los vehículos privados: «La primera mantendría los dos intercambiadores de la zona sur, en Vilaflor y Guía de Isora, pero retiraría el proyectado en El Portillo. Consideramos que este último es un emplazamiento erróneo, por encontrarse dentro del propio Parque Nacional, y proponemos subdividirlo en dos de menor capacidad, uno en Aguamansa, en La Orotava, y el otro en La Esperanza».

Con esta propuesta respecto a los polémicos intercambiadores, NC considera que «se reducirían considerablemente las distancias a recorrer en vehículo privado, ya que estos se quedarían en Aguamansa, ahorrando los 13 kilómetros restantes hasta El Portillo, y en La Esperanza, impidiendo que los turismos hagan otros 36 kilómetros hasta el lugar designado inicialmente por el PRUG para los vehículos que accedan por la cara norte».

Esta última alternativa «aportaría también la ventaja de convertir los núcleos poblacionales y zonas aledañas a Aguamansa y El Rosario en lugares ideales para realizar turismo gastronómico, rural o comercial, ya que en El Portillo no existiría esa posibilidad y construir un intercambiador de transportes supondría un grave impacto visual para el Parque Nacional».

En la segunda opción, se recoge que los intercambiadores contemplados en la fase inicial del PRUG «se sitúen en los márgenes de la TF-1 y la TF-5». Una posibilidad que «evitaría la intromisión del vehículo privado en las carreteras secundarias que recorren las medianías y zonas altas reduciendo aún más la contaminación». Se plantea que el intercambiador del Norte «se ubique en la zona de El Ramal, posibilitando un lugar donde dejar el coche y coger el transporte público o incluso que sirva como punto de partida para un carril BUS-VAO hacia el área metropolitana».

La tercera propuesta es la de «prescindir de estos intercambiadores de transportes para crear puntos de partida en núcleos turísticos y municipios con la salida, desde los actuales intercambiadores de guaguas, de líneas directas hacia el Parque Nacional».