La Orotava ha empezado a moverse para evitar que se pierda una variedad de manzana única, cuyo cultivo prácticamente se limita en la actualidad a las medianías del Valle de La Orotava. Se trata de la manzana pajarita, una fruta tradicional que la Concejalía de Agricultura del Ayuntamiento de La Orotava, que dirige el edil Alexis Pacheco (CC), quiere salvar de la desaparición por la vía del reconocimiento. El área ha encargado un estudio sobre el manzanero pajarita en el municipio, lo que permitirá contar con un diagnóstico certero sobre la situación actual de esta variedad cultivada tradicionalmente en las tierras más altas, frías y húmedas del Valle.
Esta investigación también servirá para reunir «información de relevancia que sirva para establecer una estrategia de valorización de este producto local y de la cultura asociada a él», según explica Pacheco. Para el edil, «entre las variedades de productos agrícolas que se han adaptado al clima y al suelo del municipio, se encuentra esta manzana antigua, única del Valle de La Orotava, por lo que consideramos muy importante trabajar para su protección, conservación y puesta en valor».
Con los resultados de esa investigación en la mano, el Ayuntamiento villero quiere marcar las directrices necesarias para lograr su protección y conservación para generaciones venideras. Además, se trabaja en un audiovisual divulgativo «que sirva también para promover su consumo»; en unas jornadas formativas dirigidas a las personas que cultiven o quieran cultivar esta fruta, y en otro evento, de tipo gastronómico, en el que la manzana pajarita sea protagonistas de diferentes recetas.
Las características de la manzana pajarita permiten su uso para la elaboración de sidra
La manzana llegó a Canarias a finales del siglo XV y sus diferentes variedades se fueron adaptando a las condiciones de clima y suelo de las diferentes islas y comarcas. El Consistorio villero asegura que «los estudios genéticos de la manzana pajarita demuestran que es una variedad única del Valle de La Orotava, teniendo como zonas más representativas para su conservación los barrios de medianías de Camino de Chasna, Cañeño, Benijos y Aguamansa, zonas de clima frío y húmedo». Se define como «una fruta jugosa y algo ácida, de color verde, que adquiere algunos tonos rojos y amarillentos cuando está madura». Sus características permiten que se utilice en la elaboración de sidra, «debido a su buen equilibrio entre acidez y dulzor».
