El día era el domingo pasado, El segundo del mes de agosto que, tradicionalmente, acoge la fiesta de la siega en el Norte de la Isla. Más concretamente, en el pueblo donde se vive de manera más potente la cultura del cereal: Icod el Alto o Icod de los Trigos, en el municipio de Los Realejos. Ya en 2020 no se pudo celebrar en vivo por la pandemia y este año, tampoco. A la jornada festiva de corte y almacenamiento del cereal la ha sustituido un documental de cinco capítulos que explica, en formato audiovisual a través de las redes sociales, todo el ceremonial añadido a esa tarea ancestral.

El Ayuntamiento de Los Realejos, a través de su área de #DesarrolloRural, el Cabildo y la Fundación Tenerife Rural, coordinan y editan una versión virtual del Encuentro de siega tradicional Diego Pérez, distribuido en capítulos a lo largo de una semana. Los organizadores hacen un agradecimiento especial al colectivo de segadores del municipio y a otras personas que han colaborado en la grabación llevada a cabo en el entorno de Icod el Alto durante un fin de semana.

Ese segundo domingo de agosto, la tradición determina la fiesta campesina. Un encuentro que parte de la labor de la siega y termina en un almuerzo comunitario. El encuadre al rescate etnográfico de la tarea fundamental en la comarca durante siglos. La muestra es como un viaje en el tiempo para trasladar a propios y extraños al campo tinerfeño de hace muchas décadas.

Icod el Alto es un granero para Tenerife. No solo de trigo, que se suele cultivar en rotación con la papa, sino de otros cereales como la cebada o el centeno. De hecho, la mayoría de los agricultores que forman Acete proceden de ahí. Y, prácticamente, la mitad del cereal de Tenerife se produce aquí.

El Cabildo ha dado el paso de sustituir la hoz tradicional por máquinas de última generación que ayuden a recuperar, aunque sea en parte, el auge y la importancia del cereal en esta comarca norteña de la Isla. Este mes es la clave para poder sembrar luego la semilla en invierno. El ciclo se repite.