Pedro Martín, presidente del Cabildo, lo resume en una frase: «Tenerife reconoce el trabajo por la pervivencia de las cosas que nos identifican como pueblo». Es el espíritu que mueve la ceremonia de entrega de las distinciones de Hijos Ilustres de la Isla a Eduardo Oramas Alayón y a José Ubaldo Hernández González, éste a título póstumo. Martín fue el encargado de hacer entrega a los familiares de ambos homenajeados el pergamino que los acredita.

Ubaldo Hernández y Eduardo Oramas ya son Hijos Ilustres

El presidente destaca que «nuestros Hijos Ilustres son los que nos ayudan a construir la sociedad en la que vivimos, y a enriquecer nuestro patrimonio». Valora que «consiguen con su trabajo que las cosas a las que otros no le dan importancia pervivan en el tiempo y no se difuminen». Añade: «Aquellas cosas que nos han identificado y nos reconocen como pueblo”. Y concluye: «En este caso son personas procedentes de familias humildes que se han labrado con un trabajo que hoy les reconoce el pueblo de Tenerife».

David Hernández, hermano de José Ubaldo, recoge la distinción. Otra hermana, Gloria Esther, agradece el galardón e indica que su familia está «muy orgullosa de recibirlo porque han sabido valorar su trabajo”. Acaba con un mensaje al homenajeado: «Todos te echamos de menos y no dejaremos que tu trabajo se olvide».

Candelario Cabrera, por su parte, recoge la distinción del otro homenajeado, Eduardo Oramas, que no pudo asistir al acto debido a su avanzada edad. El representante de la Escuela de Palo y Mano a la que da nombre, Antonio Cabrera valora: «Es de derecho reconocer a las personas vinculadas al territorio, y transmisoras de la memoria». Insta a las autoridades a «proteger las tradiciones orales, y la cultura popular para que no se pierdan, y por consiguiente reconocer a las personas mayores depositarias de ese conocimiento”

El acto ha contado con la intervención musical de Beselch Rodríguez y Marcos del Castillo al timple y la guitarra respectivamente que interpretaron en primer lugar La Retamilla del recordado José Antonio Ramos, además de unas folías y un sorondongo de Fuerteventura.

E

Defensor de lo nuestro.

José Ubaldo Hernández González nació el 14 de enero de 1968 en Tegueste y residió buena parte de su vida en Guamasa (La Laguna). Fue un gran gestor de la indumentaria tradicional durante más de 25 años y colaboró en innumerables fiestas de Canarias, siendo muy laureado en su trabajo diario con numerosos premios y reconocimientos. Su buen hacer en diferentes talleres y como dinamizador cultural fue reconocido en Tenerife y fuera. Las manifestaciones de su trabajo también se reflejaron en la organización de numerosas exposiciones sobre vestimenta tradicional. Falleció en agosto de 2020.

E

Maestro de tradiciones.

Eduardo Oramas Alayón nació en San Miguel de Abona en 1923 y reside en El Fraile (Arona). Se ha ganado una gran reputación como maestro del Juego de la Mano y del Juego del Palo y por su tarea como transmisor de la cultura y las costumbres canarias. Ha desempeñado múltiples oficios: agricultor, cabuquero, albañil, carpintero, paredero, herrero, camellero y leñador, entre otros. El exconsejero nacionalista José Manuel Pitti lo valora: «Con las limitaciones naturales de sus 97 años resulta emocionante contemplar su compromiso para enseñar a las nuevas generaciones».