El Cabildo estudiará la viabilidad de recuperar la presa de El Río (Arico), un logro que se atribuye CC . Su consejera Blanca Pérez señaló durante la comisión de Medio Natural que «el problema del Sur es la falta de agua de calidad para la agricultura de las medianías. En estos momentos, el agua que es buena para la agricultura en la zona alta de Vilaflor, San Miguel, Granadilla, Arico y Fasnia es más cara incluso que la desalada».

Blanca Pérez asegura que «hay que estudiar la sostenibilidad de la presa de El Río no pensando tanto en las aguas de escorrentía que se pudieran recoger, sino en su capacidad de almacenar para abastecer a los agricultores en esa cota». La consejera insular plantea que «hay que pensar en la cota 600 como una oportunidad para poder poner agua a disposición de las zonas agrícolas que se pueden recuperar. Hay que hacer ese ejercicio de sentarse y planificar desde el Consejo Insular de Aguas de Tenerife (Ciatf) y buscar soluciones conjuntas para el impulso de agua regenerada y agua desalada».

Para Pérez, el Cabildo debe garantizar que los agricultores «tengan agua de calidad a un precio asequible y eso pasa porque haya impulsión agua y que se estudien fórmulas de permuta de agua para que las de calidad vayan a la agricultura». El panorama actual refleja que «las medianías son el territorio más abandonado de la agricultura y la comarca Sur es la que menos acceso tiene al agua y eso solo se garantiza con infraestructuras como la presa de El Río».

Construida durante la década de los años 60 del siglo XX por el Mando Económico de Canarias (MEC) –una institución establecida en el Archipiélago en 1941–, la presa de El Río fue proyectada para aprovechar el agua que discurría por el barranco fronterizo entre Arico y Granadilla de Abona, en el que desembocan otras once cuencas. Tiene capacidad para almacenar tres millones de pipas de agua, equivalente a millón y medio de metros cúbicos. Nunca se utilizó al no ser impermeable.