La asociación de familiares y enfermos de párkinson de la isla trabaja con 26 usuarios en el Norte y recuerda la importancia de la atención temprana y multidisciplinar

La asociación Párkinson Tenerife trabaja desde 2014 en el norte de la isla, donde en la actualidad atiende a unos 26 usuarios repartidos entre sus sedes de Los Realejos y Los Silos. Su trabajo es poco conocido y calculan que apenas un 5% de los enfermos de párkinson acuden a colectivos que ofrecen atención profesional y especializada para abordar una enfermedad que supone «mucho más que temblar», según apunta la neuropsicóloga Sandra Larsson.

El párkinson es una enfermedad muy nombrada, pero poco conocida. Se trata de un trastorno neurodegenerativo crónico, cuya evolución mejora con la atención temprana y multidisciplinar a sus variados síntomas que, tal y como recuerdan desde Párkinson Tenerife, van mucho más allá de lo evidente, que en la mayoría de los casos es el temblor. Sandra Larsson y la fisioterapeuta Deborah Pérez forman parte del equipo de profesionales que trata de mejorar la calidad de vida de los enfermos de párkinson en el Centro de Atención Integral a las Personas con Discapacidad de Los Realejos, en la calle San Isidro, y en el Complejo de Políticas Sociales de Los Silos, en la plaza de San Bernardo.

Esta enfermedad fue descrita por su descubridor, el médico británico James Parkinson, como la «parálisis agitante». Sin embargo, sus efectos incluyen otros muchos síntomas, que no se dan en todos los casos, como apatía, depresión, rigidez, disminución y lentitud del movimiento, inestabilidad postural, problemas para tragar o para hablar en un tono audible, inexpresión facial, exceso de sudoración o de salivación, o alteraciones cognitivas, de memoria y de ejecución de tareas.

Larsson y Pérez detallan que en ambos centros se abordan los síntomas de la enfermedad, «que cambian mucho según las personas», desde tres áreas claves: la psicología, la fisioterapia y la logopedia. La pandemia ha obligado a aparcar las terapias grupales, de manera que los enfermos acuden a sesiones individuales en las que un equipo multidisciplinar aborda sus necesidades. Ambas subrayan la importancia de trabajar los síntomas de una manera integral, ya que los resultados son «mucho más positivos así». Además, destacan la importancia de acudir a los especialistas desde el diagnóstico, «puesto que en las fases iniciales es cuando podemos trabajar mejor los síntomas que van apareciendo, antes de que se instauren definitivamente».

Aunque la mayoría de sus usuarios son personas mayores, las estadísticas hablan de que uno de cada cinco casos de párkinson se da en menores de 50 años de edad. Lo habitual es que los afectados lleguen a Párkinson Tenerife con la enfermedad en una fase avanzada, tras convivir con ella muchos años, y el reto de futuro es conseguir que los enfermos comiencen una intervención temprana que ayude a frenar el avance de la enfermedad, siempre de la mano con el neurólogo y con el imprescindible tratamiento farmacológico.

Muchos enfermos diagnósticados desconocen la existencia de este tipo de colectivos que ofrecen servicios especializados. Se calcula que sólo en Canarias hay más de 4.000 afectados por el párkinson y Párkinson Tenerife apenas cuenta con 200 asociados. Su sede central está en Los Baldíos, en La Laguna, donde quieren poner en marcha el primer centro de día específico para enfermos de párkinson en Canarias. Su intención es seguir apostando por la expansión a otras localidades en las que puedan disponer de unas instalaciones adecuadas para desarrollar su labor.