El sector de la hostelería y la restauración de Tenerife se movilizó ayer por segunda vez esta semana para rechazar las medidas sanitarias tomadas como consecuencia de la pandemia y que sus representantes consideran excesivamente restrictivas para sus negocios. Esta vez han sido bastantes más vehículos los que formaron la caravana en comparación con la del lunes y, además, contaron con el apoyo de varios transportistas. El resultado más evidente se plasma en el colapso del tráfico en Santa Cruz durante buena parte de la mañana, desde las 8:00 a las 9:00 horas. La comitiva de coches continuó hasta La Laguna tras hacer una parada en el Ayuntamiento capitalino.

Eran las ocho de la mañana cuando el movimiento de vehículos en el aparcamiento del Parque Marítimo anunciaba una jornada especial llena de pitas y carteles de “SOS hostelería” en las lunas traseras. También había pitadas en lugar de las pancartas y megáfonos habituales de las manifestaciones. Pero sú hubo un idéntico objetivo: paralizar el devenir cotidiano en Santa Cruz y La Laguna para hacer escuchar su mensaje de protesta.

“Lo que queremos es trabajar y no vemos fundamento en el cierre”, denunció Xenia Rodríguez, empresaria hostelera. El cierre de los interiores de bares y restaurantes, y la demanda de ayudas para el sector marcaron la movilización. La principal petición fue poder operar dentro los locales con un 30% del aforo. Sería la manera de habilitar a aquellos negocios que carecen de terraza.

Xenia valoró: “No nos están dando las razones del cierre, los datos de contagios indican que los principales focos son en ambientes familiares o laborales; está muy claro que los datos no señalan al sector hostelero”.

Aparte del rechazo a las nuevas medidas también se quejan de la poca información que se les brinda desde las instituciones. “Si nos enseñaran los datos que evidencian la necesidad de cerrar los locales porque somos un foco principal de contagios todo sería distinto, pero no nos dicen nada” se lamenta la empresaria.

Según la Policía Local de Santa Cruz, unos 500 vehículos respondieron a la convocatoria, la segunda en cuatro días. Una representación de los manifestantes fue recibida en los ayuntamientos de Santa Cruz y La Laguna. En ambos consistorios se vio el mismo mensaje: este problema escapa a sus competencias. Por ello pretenden llamar la atención de otras instituciones. “Queremos reunirnos con el Gobierno de Canarias o el consejero de Sanidad y que nos explique el por qué de l endurecimiento de medidas” subrayó Xenia Rodríguez. “Esto es una cadena. No solo somos los hosteleros, también entran en la ecuación carnicerías, fruterías, servicios de transporte... Cuando falla un eslabón se acaba todo” apostilla Xenia ante la unión de otros sectores a la manifestación. “Todos debemos tener las mismas condiciones”, apunta. Y sentencia: “Vamos a seguir manifestándonos hasta que nos oigan”.

La caravana ha originado colapsos y congestiones del tráfico, sobre todo entre las 8 y las 9 de la mañana, en zonas de la capital con mucho tránsito en esa franja horaria como las avenidas de La Constitución o Tres de Mayo. El dispositivo de seguridad de la Policía Local se ha encargado de regular la circulación. El sector aboga por las soluciones colectivas. “Por primera vez estamos muy unidos, incluso tramitamos crear una asociación unificada para salir de esto más fuertes. Es nuestra lucha ahora” resume Rodríguez. Consideran los hosteleros que las medidas aplicadas a sus negocios son “injustas” y advierten del posible riesgo de cierre: “En nuestros bares y restaurantes cumplimos y hacemos cumplir todas las medidas: separación, mascarillas, aforos... Pero si la gente no puede ir a ellos quedarán en pisos que son un mayor foco de contagio ya que no se toman precauciones. Y son viviendas pequeñas porque no todo el mundo tiene un chalet”.