Alquilar una vivienda en Tenerife es cada vez más complicado. Los bajos salarios de los tinerfeños y los altos precios del arrendamiento de una casa hacen cada vez más inaccesible el mercado inmobiliario del alquiler para quienes no quieren o no pueden comprar una casa. Según los últimos estudios, los tinerfeños gastan el 63% de su salario en pagar el alquiler. Con el sueldo medio más bajo de España (1.281 euros), los isleños deben lidiar con vivir en la sexta comunidad más cara para vivir en alquiler, con un precio medio de 806 euros al mes. Otras comunidades con trabajos mejor pagados que los de la Isla cuentan con alquileres más baratos: son los casos de Extremadura, Castilla-La Mancha o Galicia.

Para la jubilada tinerfeña Ana Rodríguez es imposible conseguir pagar un piso para ella sola. “Hace unos años los precios eran más bajos. Ahora, por 250 euros solo puedes conseguir habitaciones para compartir”, indica la mujer de 74 años, que tiene que vivir en casa de su hijo. En su caso tendría que destinar la totalidad de su pensión no contributiva para poder costearse un alquiler en estos momentos. No pierde la esperanza no obstante de que los precios bajen para poder mudarse. Pero los datos del Índice Inmobiliario de Fotocasa no son alentadores: en Canarias el precio de la vivienda de alquiler ha subido un 0,9% en febrero. En Tenerife el precio por metro cuadrado al mes es de 9,12 euros. Los municipios en que más ha subido son Arona y Adeje.

“Tenemos los salarios más bajos de España y nuestro nivel de vida es alto por el sector turístico”, explica el técnico del Colegio de Economía de Santa Cruz de Tenerife, Juan José Hernández. El economista considera que otra de las causas de que los tinerfeños tengan que invertir más de la mitad de su salario en el alquiler es la geografía: “También influye que seamos islas. Tenemos unos mercados discontinuos y aislados. Si nos falta trabajo, no nos podemos desplazar a otro lugar tan fácilmente como en la Península”, aclara.

Un cambio que afecta al 20%

A pesar de los datos, que muestran un permanente encarecimiento de los alquileres en la Isla, los expertos inmobiliarios consideran que ha habido una “ligera bajada” de los precios de los alquileres. Vanesa Rubio, presidenta de la Asociación Canaria de Empresas de Gestión Inmobiliaria (Acegi), explica cuál podría ser una de las razones: “Estamos notando un traspaso de viviendas de alquiler vacacional a viviendas habituales y eso hace que aumente la oferta y se ajusten los precios de los alquileres residenciales”. Se estima que un 20% de los alquileres vacacionales que antes se ofertaban en plataformas como Airbnb, ahora han vuelto al alquiler convencional con el parón del turismo por la pandemia.

Del vacacional al convencional

Enrique González es propietario de un inmueble de 50 metros cuadrados en la capital tinerfeña. Antes de la llegada del Covid-19 lo explotaba como alquiler vacacional pero actualmente se ha decantado por el residencial. “No estamos recuperando los ingresos que teníamos antes. Sin embargo, nos estamos adaptando a este cambio que supone menos preocupaciones”, aclara González. Doris Borrego, presidenta de la Asociación Canaria del Alquiler Vacacional (Ascav), opina que “muchas de esas viviendas volverán al mercado vacacional una vez se recupere la demanda”. Por ahora, la Covid-19 ha dejado en el sector una grieta de 68 millones de euros tan sólo en el año 2020. Borrego añade que lo que le ha dado un suspiro al sector son los nuevos perfiles de clientes. “Los teletrabajadores europeos van alargando sus estancias hasta que sus países reflejen una mejoría de la incidencia del virus”.

Los isleños lo tienen cada vez más difícil para alquilar pero la rentabilidad se ha mantenido para los propietarios a pesar de la pandemia y la crisis económica. Los arrendadores ganan lo mismo que antes de la crisis sanitaria. El técnico del Colegio de Economistas de Santa Cruz de Tenerife, Juan José Hernández, lo explica por un cambio de mentalidad. “Los centros de las ciudades eran antes los más demandados. Pero durante el confinamiento la gente lo pasaba mal en los pisos pequeños. Ahora valoran vivir en viviendas más amplias y eso solo se da fuera de las ciudades”. Añade el economista que “ese efecto hace que la rentabilidad de los alquileres se mantenga en el tiempo. También porque parte de esa rentabilidad ha sido sostenida por ayudas o incluso por acuerdos con los arrendadores”.

Isidro Martín, delegado de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (Apei), le pone dato a este nuevo fenómeno de irse a vivir fuera de la ciudad: “Un 20% de los clientes han vuelto a zonas fuera de las áreas metropolitanas”. Matiza que la principal problemática de vivir alejado de los núcleos urbanos de la Isla son “los frecuentes atascos”, problema que la pandemia ha minimizado.

Pero el precio más asequible de la vivienda es la principal razón de irse a las afueras o a núcleos rurales. La situación socioeconómica de la Isla no es favorables: 155.000 tinerfeños están en paro o en ERTE. Según el estudio de la Fundación Foessa, más de 600.000 canarios viven en situación de exclusión social, lo que ha disparado la ayuda humanitaria de ONG como Cáritas, que ha informado de un incremento de las personas sin hogar. Ante esta situación de incertidumbre económica se ha desplomado la compraventa de casas, que se redujo en enero en el Archipiélago un 52,2% en relación con el mismo mes de 2020.

Todos los expertos inmobiliarios coinciden en que España siempre ha sido un país en el que se prefiere comprar a alquilar, a diferencia de otras nacionales como los países nórdicas, que valoran más la movilidad que el sentido de propiedad. Lo resume Isidro Martín: “Nuestros abuelos y padres nos decían que tener una propiedad da seguridad a la jubilación”. Pero tras las crisis de 2008 la mentalidad comenzó a cambiar. Antes de la crisis el alquiler apenas ocupaba el 6% o 7% del mercado. Actualmente la cifra ha subido al 20%. Según el Plan de Vivienda de Canarias de 2020-2025 a nivel nacional el porcentaje de hogares que viven en alquiler durante 2018 se situó en el 17,5%, mientras que en Canarias fue del 19,5% .

El delegado de Apei explica por qué ha aumentado el arrendamiento. En su mayoría, las personas en régimen de alquiler son jóvenes que no pueden costearse la compra de una vivienda. Además del recuerdo de la anterior crisis que provocó una oleada de desahucios por impago de hipotecas. Los jóvenes que presenciaron este escenario no quieren repetir la misma historia y encuentran en el alquiler una forma que se acomoda al mercado laboral cambiante que viven. Es más, según indica Vanesa Rubio, “en la actualidad los desahucios por alquileres son mayores que los impagos por hipoteca”.

El economista Juan José Hernández considera que en la actualidad es más difícil comprar una casa que hace años. “Antes la presión demográfica era menor. El espacio disponible para construir ahora es muy reducido. Y cuando la oferta es escasa, los precios suben”. “Se debe apoyar más el alquiler público y construir más planta alojativa pública. No es construir a lo loco, hay que focalizar los esfuerzos con eficiencia para proporcionar viviendas de alquiler sin tanta dificultad”, opina Vanesa Rubio, de Acegi.

El problema se agudiza en medio de un debate sobre el control por parte del Estado de los precios del alquiler. Las Islas Baleares han optado por expropiar temporalmente 56 viviendas para convertirlas en alquileres sociales. El Gobierno canario no seguirá la senda balear aunque cree necesario controlar los precios en aquellas zonas con subidas desproporcionadas. El consejero de Obras Públicas y Vivienda, Sebastián Franquis, cree que “es preciso que se regulen y limiten las subidas abusivas” en los casos en que haya “interés especulativo” de grandes tenedores.

El sector inmobiliario tinerfeño observa con preocupación actuaciones como la de Baleares. Vanesa Rubio, presidenta de la Asociación Canaria de Empresas de Gestión Inmobiliaria, considera que “se piensa que el alquiler está en manos de grandes tenedores pero estos solo cuentan con el 4,8%”. “El principal protagonista es el pequeño propietario”, detalla una experta contraria al intervencionismo en un sistema de libre mercado.

La Ley de Podemos

La ley de vivienda estatal propuesta por Podemos pretende limitar el precio de los alquileres y se ha convertido en otro de los escollos. El PSOE prefiere bonificar hasta un 90% a los propietarios que decidan bajar el alquiler en zonas con precios por encima de las posibilidades del ciudadano medio. Unidas Podemos y ERC avisan de que si no prospera su propuesta de intervención, el pacto de gobierno puede saltar por los aires. Y, mientras los partidos discuten, los tinerfeños ganan cada vez menos y tienen que pagar cada vez más por un alquiler.