Adeje recrea una selva a través de un bosque productivo urbano, un concepto que define el contenido del Parque Central de 26.881 metros cuadrados que se ubica en la zona de Las Nieves y Las Torres. La primera de las fases, en estado muy avanzado, ocupa 16.395 metros cuadrados y de estos, 9.930 metros cuadrados suman la superficie plantada. En ese suelo convive la arboleda propia de un espacio selvático con frutales, por lo que se obtienen plátanos, piña, papaya, mango, aguacate, parchita, fresa, guayabo, cítricos... A ello se suman hortalizas aromáticas y medicinales, así como una reserva experimental para introducir especies impropias de este clima, caso de kiwi, cerezo o ciruelo. Las leguminosas y acacias, los “árboles acompañantes”, ayudan a los frutales “a estar bien” y sirven de abonadores naturales.

Además del valor ornamental propio de un recinto de este tipo al uso, Adeje apuesta por un parque con especies que añaden un valor alimenticio, con el plus de que, “como bosque y selva, funciona solo”, no requiere realizar las labores típicas en un parque urbano tradicional o de una explotación agraria. “Estamos ante un sistema que se retroalimenta”, explica la veterinaria Violeta Benítez. El abono procede de las hojas de los árboles al caer, se elabora compostaje en el lugar, cuenta con árboles que ayudan a repeler insectos y con especies ornamentales, además de especies canarias, entre otras cosas. La amplia biodiversidad casi erradica el problema de plagas y hace innecesario el uso de insecticidas y otros agentes externos.

Sumidero de carbono

Ejecutado ya el 80% de la zona de plantación, en ello casi han empleado las 6.000 plantas adquiridas antes del inicio de la pandemia. “El crecimiento que han experimentado estas plantas en un año es abrumador”, destaca Carlos Borromeo Falcón, el arquitecto técnico municipal. Rumen, biólogo diseñador del bosque, destaca que con esta mezcla de parque urbano, bosque y multicultivo “conseguimos ser un sumidero de carbono, tenemos un punto verde dentro de la ciudad y alimentos variados ecológicos y locales. Tres en uno”. El diseño establece otras condiciones que aportan beneficios al lugar y su entorno. Al reducirse la distancia entre árboles “favorecemos que compitan por la luz, crezcan y se desarrollen más rápido pero, al tiempo y al no practicar el monocultivo, compiten por nutrientes diferentes y algunos ayudan al resto con su sombra o fijan nitrógeno. La combinación de todo ello genera un ecosistema más estable con menos necesidades de recursos externos”.

El Parque Central de Adeje es único en las Islas. Juan Antonio Hernández es el ingeniero agrónomo director del proyecto. Su larga experiencia en proyectos de cooperación al desarrollo en Latinoamérica y África le permitió conocer las técnicas que trata de aplicar en el municipio –su antecedente es un bosque de 500 metros cuadrados realizados en El Tablero (Santa Cruz de Tenerife) a través de un curso de capacitación con la Asociación Domitila–, y que dará lugar a este espacio, denominado Parque Central y que Hernández define como “jardín botánico, bosque productivo y comestible, aula abierta y centro de formación y comercialización de lo mucho y positivo que desde lo extrapolado, diseñado, proyectado, se puede hacer”.

Cuando concluya su construcción (falta una segunda fase), el Parque Central de Adeje albergará unos 25.000 ejemplares de árboles, así como 50.000 hortalizas aromáticas y medicinales. Su plantación comienza en breve y se realizará de una sola vez para su cosecha durante todo el año, a modo de “la agricultura sintrópica de Brasil”. Ocupará una hectárea dividida en parcelas de unos 2.000 metros cuadrados, con bosques productivos y comestibles diferentes.

Agromercado

Todo lo descrito estará unido y estrechamente vinculado a la zona de agromercado del agricultor, a construir junto al parque y en el que se venderá la producción que se obtenga y que hoy es entregada al Banco de Alimentos.

Esta gran apuesta medioambiental llamada Parque Central de Adeje incluirá un lago, humedales, plantas semiacuáticas y aromáticas, flores decorativas, palmeras y los árboles frutales, entre otro tipo de vegetación. Además, se autoabastecerá energéticamente y producirá frutos, tubérculos o plantas medicinales. Se complementa con un área destinada a ocio y servicios. En ella estará el aula de la naturaleza, un centro de formación e información, una zona para acampar, otra para la venta de productos del bosque, el punto de información, se realizarán las visitas guiadas, habrá un sumidero de carbono, un bar, una cafetería y un restaurante.

El alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga, puso en valor esta iniciativa cuando aseguró que, aunque no es el único proyecto que el Ayuntamiento está desarrollando en materia de sostenibilidad, sí es el más visible. “Es, quizá, el paradigma del compromiso medioambiental que tenemos en el municipio de Adeje y en Costa Adeje, que pretendemos sea un destino inteligente, pero no se puede tener ese rango sin sostenibilidad”, apuntó el regidor. “Es nuestro compromiso ético de luchar por un mundo más limpio, más saludable, más sostenible, sin olvidar que no hay sostenibilidad ambiental si no hay sostenibilidad social. Queremos que haya una conciencia, un cambio cultural y un bienestar para las personas”, añadió.

El Parque Central de Adeje tiene como objetivo convertirse en el gran pulmón del municipio. Estará formado por un espacio en el que se ubicarán 425 especies con lago, humedales y bosques productivos, “multiplicando de manera exponencial la masa verde de Adeje y ayudando a reducir la huella de carbono”, manifestó Rodríguez Fraga. “El Parque Central de Adeje se ha diseñado pensando especialmente en la ciudadanía, de tal forma que será transitable y en él se desarrollarán diversas actividades, desde un agromercado hasta acciones lúdicas, culturales y deportivas, generando economía de kilómetro cero y comercio justo”, indicó el alcalde.

Lo esencial

El objetivo final es “crear un bosque productivo en un espacio en el que antes no lo había; es decir, plantar diferentes especies de plantas y árboles que en el menor tiempo posible formen un bosque estable que produzca la mayor cantidad de alimentos, medicinas, madera, etc.”. Esta tesis inicial se desarrolla como un modelo de producción que supone “retomar los conocimientos ancestrales de quienes cultivaron la tierra durante siglos sin agotarla, unidos a los conocimientos sobre ecología que ahora manejamos. El centro es la naturaleza: la clave es conocerla para trabajar junto a ella y no luchando frente a ella”.

En 2011, Adeje se unió a la Red por la Biodiversidad de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y, poco después, se sumó al Pacto de Alcaldes para el Clima y la Energía, desde donde se comenzó a fraguar una serie de políticas medioambientales. Desde 2016, Adeje elabora un inventario de emisiones y fue de los primeros municipios de España en aprobar, en pleno, un plan de acción con medias directas para reducir el 40% de las emisiones generadas desde el Ayuntamiento antes de 2030. Ese proyecto creció y da paso al Plan Estratégico del municipio, siendo una de sus primeras medidas la construcción del gran Parque Central, actuación que ya está en marcha.