Los más de 5.500 habitantes de La Guancha no pueden usar el agua del grifo para beber o cocinar desde ayer. La restricción se prolongará por espacio de varias semanas, según explicó ayer el alcalde guanchero, Antonio Hernández (PP), que pidió “paciencia” a los vecinos. “Estamos haciendo todos los esfuerzos para que la restricción se resuelva cuanto antes pero dada la complejidad de la red de aguas de La Guancha y del problema que ha provocado las restricciones es previsible que estemos durante al menos un par de semanas”, detalló Antonio Hernández.

La medida de carácter urgente entró en vigor ayer y se adopta debido a la localización de una avería en la red general de agua, lo que ha provocado el desabastecimiento de los depósitos locales. Un problema en los conductos que llevan el agua desde la galería de Vergara –ubicada en el mismo municipio de La Guancha, la mayor de Canarias y única fuente de suministro de agua del municipio guanchero– hasta la desalinizadora de Cruz de los Tarifes redujo un 60% –300 metros cúbicos– el caudal en solo cinco horas.

“Las características de la red nos obligan a recuperar el caudal perdido de forma lenta. No hay otra alternativa técnica”, precisó el alcalde guanchero, quien aclaró que la red de agua de La Guancha es “única en Canarias” y que su objetivo es recuperar el suministro continuo. “Hay alternativas pero implicarían cortes permanentes del servicio. Hemos optado por resolver el problema para luego recuperar el suministro permanente de agua”, explicó Antonio Hernández.

El Ayuntamiento de La Guancha solo adquiere agua de la galería de Vergara. Esta dependencia conlleva un problema principal: el líquido de esta galería es rico en flúor, un elemento químico que es perjudicial en determinadas cantidades para la salud humana. Al superar los niveles permitidos por Sanidad –hasta 1,5 miligramos por litro–, el agua tiene que pasar primero por una planta desalinizadora –la planta de Cruz de los Tarifes– para ser apta para el consumo humano. La perdida repentina de caudal y los problemas consiguientes han hecho aumentar el flúor, por lo que hasta que no se regulen los depósitos no se podrán recuperar los niveles óptimos. Es decir, los vecinos tendrán que usar agua embotellada para beber o hacer la comida hasta que se den por resueltos estos problemas. El alcalde de La Guancha enfatiza que el agua se puede seguir usando para otras tareas, como la limpieza o el riego, que son las que ocupan el 96% de los 300-400 litros de agua que usa cada guanchero al día de media.

El peculiar sistema del agua en La Guancha también conlleva otros inconvenientes, al margen de los que afectan a las restricciones para su consumo. Por ejemplo, el elevado coste que supone para las arcas municipales. Antonio Hernández detalla que el Ayuntamiento gasta 700.000 euros al año en la compra de agua, el tratamiento para eliminar el flúor y el personal que lleva la red. La desalinización conlleva una pérdida del líquido que compra La Guancha de alrededor de un 20%. Para aliviar los costes, el Consistorio se ha convertido en uno de los accionistas mayoritarios de la galería de Vergara, que es privada. Una parte del caudal lo consigue gracias a que posee un centenar de acciones pero el resto lo tiene que comprar a los intermediarios del agua de esa misma galería. Conseguir agua en otras galerías es muy complicado en un mercado ya copado por las necesidades de otros ayuntamientos de la Isla.