Un hombre con problemas de salud mental tiene atemorizados a los vecinos del entorno de la calle Los Sabandeños y el Camino Real, en Barranco Las Lajas, en el municipio de Tacoronte, debido a su conducta agresiva y a las reiteradas amenazas que profiere cuando se encuentra alterado. Una vecina, que como todos los consultados no quiere que se conozca su nombre por temor a represalias, subraya que hasta hace unos meses era “un loco tranquilo, hasta gracioso, que no molestaba a nadie, pero desde hace un tiempo se ha vuelto agresivo, molesta, se desnuda en la calle y ha llegado a proferir amenazas de muerte con un cuchillo en la mano”.

Tiene unos 50 años de edad y aparte de sus evidentes problemas de salud mental, pues es habitual verlo hablar con árboles o farolas, sus vecinos lo relacionan con el consumo habitual de drogas. Una mezcla explosiva que tiene al vecindario en permanente estado de alerta. Otro residente en la zona reconoce que “la gente tiene miedo de encontrárselo por la calle y que se ponga agresivo. Ya lo están notando incluso los negocios, que están perdiendo clientela por el temor que hay”.

A los gritos y amenazas habituales se suman otras acciones temerarias en las que ha puesto en riesgo su propia integridad y la de otras personas, como cuando recientemente obligó a parar durante un largo rato a una guagua de Titsa en medio de la carretera (TF-237) que cruza este barrio de Tacoronte.

Exhibicionismo

Últimamente también ha empezado a desnudarse en la calle y a mostrar sus genitales a los viandantes y a las trabajadoras de negocios de la zona. “Este hombre cada vez está peor y la gente rehuye la zona por miedo. A veces hay clientes haciendo cola fuera de la administración de loterías o de los congelados y se marchan cuando lo ven porque no quieren meterse en follones”, explica.

“Estamos preocupados porque la situación va a más y tememos que cualquier día ocurra una desgracia. Ha amenazado a varias mujeres y en una ocasión ya sacó un arma blanca a otra chica que esperaba la guagua y que se tuvo que marchar llorando y muy nerviosa. La Guardia Civil viene cada vez que llamamos, pero poco pueden hacer, ya que la justicia no actúa de una forma contundente”, lamenta otro vecino de Barranco de Las Lajas.

El episodio que ha encendido todas las alarmas ocurrió el viernes pasado en una venta de comestibles. “Había unas cuantas señoras comprando y este hombre apareció gritando que iba a matar a todo el mundo, con un cuchillo en la mano. El dueño tuvo que amenazarlo con un palo para que se fuera. Se lo llevaron detenido poco después y fue sometido a un juicio rápido, pero ya está en la calle de nuevo porque la justicia no interviene en el fondo del problema, que es su salud mental”, detalla un familiar de una de las afectadas.

Otra persona, que ve peligrar su negocio, muestra su impotencia por la inacción de las autoridades: “Tiene numerosas denuncias, pero en el último juicio quedó claro que la justicia no se toma este problema en serio, pese a que cualquier día va a matar a alguien y tendremos que lamentarnos. Las autoridades deberían hacer algo”. El juicio rápido se celebró el sábado 13 y esa misma tarde ya estaba en el barrio “liándola”, apenas 24 horas después de irrumpir en una tienda con un cuchillo para amenazar de muerte a varias personas. Los afectados no dan crédito a la decisión judicial de ponerlo en libertad de forma inmediata.

La situación es insostenible para las empresas y para los vecinos de la zona. Pasó de hablar solo y de recoger chatarra a ponerse muy violento. Empezó rompiendo cosas, haciendo pintadas y luego ha pasado a amenazar con arma blanca. También nos consta que ya dio un paso más y agredió a un vecino de El Ortigal que lo echó de su finca donde se había metido a coger aguacates. Esto es un sufrimiento diario”, detalla otro trabajador de esta zona.

Sus vecinos también consideran que este hombre merecería una atención más digna en un centro especializado, puesto que su salud se ha resentido en los últimos tiempos: “Cada vez está más delgado, apenas tiene dientes. Fuma, creemos que se alimenta muy mal, consume drogas y no se medica, así que cada vez está peor”.

“Esta es la crónica de una muerte anunciada –advierte otro afectado por su comportamiento–. Si no se toman medidas para internarlo o lograr que siga un tratamiento, cualquier día vamos a lamentar algo grave”. Esa es la máxima preocupación de los vecinos, que este individuo pase de las palabras a los hechos. Los afectados han empezado a organizarse para pedir a las administraciones públicas que actúen. Su primera intención es dirigirse al Ayuntamiento de Tacoronte.

El Ayuntamiento, al tanto

El alcalde de Tacoronte, José Daniel Díaz (NC), es conocedor del problema y ha tratado de mediar con la familia de este hombre para que se le incapacite legalmente y poder intervenir. “El Ayuntamiento no puede hacer nada sin una autorización judicial, se trata de una persona con problemas de salud mental que en ocasiones deja de medicarse y tiene brotes. De momento sólo actúa de forma violenta en lo verbal”, según detalla Díaz.

“Estamos ante un problema de salud mental en el que el Ayuntamiento no decide ni informa si alguien está en sus cabales o no, ni tampoco puede decidir si esa persona se interna en algún centro especializado o no”, explica Díaz, quien añade que “junto a su familia, que también lo está pasando mal, tratamos de buscar una solución que pasa, necesariamente, por una intervención judicial”.