María José de Armas Santiago es Mavi en el mundo de la artesanía de Tenerife. Lleva en él más de media vida, buena parte de los 51 años que tiene. Nunca, ni siquiera en el nefasto 2008 del estallido de la burbuja inmobiliaria, había visto una crisis tan profunda en el sector. Ha llevado a muchos de los algo más 600 profesionales con carnet de la Isla directamente a la ruina. Por eso intentan presionar con movilizaciones para conseguir unas ayudas “dignas” y poder trabajar en alguna de las pocas ferias previstas de aquí al final de este 2020 que como casi todos, desea “que se vaya cuanto antes”.

Mavi es desde niña una apasionada de las telas y las combinaciones de colores. Por eso llegó al Patchwork o la elaboración de la almarzuela en español y lo ha convertido en profesión. Titulada en Corte y Confección cuenta desde 1993 con el carnet que le acredita como artesana. En este caso, del sector textil como modista a medida. Especializada en complementos que culmina con la técnica de coser entre sÍ trozos de telas para crear diseños. Desde mantas para casa y tapices a complementos de vestir como bolsos, carteras, broches y colgantes, etcétera.

Desde mediados de la década de los 90 participa en todas las ferias insulares o regionales. Menos este año porque, simplemente, no ha habido prácticamente ninguna. “Tengo el taller en mi casa de Taco, La Laguna”, apunta y añade: “Aquí trabajamos mi compañero, Iván Santamaría, y yo. Somos un tándem porque él se ocupa de decorar la tela. Tenía antes otro trabajo pero ahora se dedica a este mundo que también le gusta”.

Mavi e Iván coinciden en que está siendo “un año catastrófico”. Cabe recordar que “comercialmente, nuestro momento es el actual. Sobre todo, las Ferias de Navidad y Reyes de Santa Cruz y La Laguna. Ahí mostramos nuestro trabajo y la gente adquiere los productos que también van destinados a tiendas especializadas de las zonas turísticas. Era así hasta ahora”. Sólo han logrado durante estos meses un ligero repunte a través del reciclaje con las mascarillas de tela, pero ha sido “momentáneo y temporal”.

La pandemia lo ha parado todo. Así, recuerda Mavi, “el último mes normal fue enero. Pero en marzo se cortó abruptamente”. No hubo Feria en las Fiestas de Mayo de Santa Cruz ni en otros pueblos. Ni una cita clásica como Pinolere. Fuera sólo ha habido oportunidad de que un reducido grupo de artesanos de Tenerife acudiera recientemente a la Feria Regional celebrada este año en Las Palmas. Desde ese nefasto mes de marzo sólo se ha celebrado una feria en Tenerife, la de El Sauzal, organizada por el Cabildo en septiembre. Y lo único seguro a día de hoy –si no hay contraorden sanitaria– es el evento de la Feria Insular de Artesanía en e Puerto de la Cruz, con permiso municipal, los próximos días 18, 19 y 20.

Por todas estas razones el sector esta en lucha y se movilizó hace unos días frente al Cabildo. Mavi ejerce de portavoz: “Queremos que se haga la Feria de Navidad y en Santa Cruz y La Laguna”. Porque, apostilla, “hay agravios comparativos. Vemos los centros comerciales llenos de gente, abarrotados más bien. Pero no dan permiso y obligan a suspender una feria como la de Pinolere, al aire libre, con aforo limitado y que cumplía con todas las medidas de seguridad”.

Al respecto valora: “Está todo un poco en el aire, no hay nada concreto. Buenas intenciones, sí, pero dependemos de u un permiso. No tenemos claro si de Sanidad o de los ayuntamientos”. Mavi e Iván son dos artesanos pero “sólo uno, él, paga el autónomo porque los dos no podemos”. Es la pescadilla que se muerde la cola. “No hemos tenido la oportunidad de vender y carecemos de ingresos. Por lo tanto, no podemos pagar”. Pero se trata de una problemática vieja porque “arrastramos muchos problemas que nos impiden estar legales porque no generamos ni mucho menos lo que nos piden”. Pese a todo, Iván se ha podido acoger a la ayuda única estatal destinada a los autónomos Otra cosa son las subvenciones del Cabildo.

Respecto a esas ayudas insulares “no valen para el sector”, resumen. Y lo aclaran: “Sólo dan 72, para aquellos dados de alta y que cumplan una serie de requisitos, cuando hay más de 600 artesanos y artesanas en la Isla”. Además, relatan “dan un máximo de 1.000 euros a cada uno cuando la cuota puede llegar a 1.200. Muchísima gente se queda fuera y sólo un pequeño tanto por ciento puede acceder. Qué pasa con cesteros, alfareros, artesanos tradicionales...””.

Mavi concluye con una idea: “Defendemos la creación de un autónomo especial para artesanos. Nuestros oficios aparecen en el sector primario junto a Agricultura, Ganadería o Pesca. Ellos tienen regímenes autónomo especiales y nosotros estamos equiparados con las tiendas y el sector comercial. Eso hay que revisarlo”. Como tantas otras cosas. En revisión queda hasta un año tan nefasto como este. Que acabe ya.

Muchas sombras y pocas luces

“Acaban de suspender otra feria , la que se iba hacer en Tegueste”. El mensaje es de Mavi esta semana, justo después del reportaje. Relata con tristeza la larga lista de decepciones de 2020: Santa Úrsula, La Victoria, Icod de los Vinos, Pinolere... En el otro lado, apenas promesas pendientes de la evolución de la pandemia. Y alguna realidad como la del Museo de Artesanía Iberoamericana de Tenerife (MAIT), que ofrece una propuesta basada en los belenes tradicionales artesanos. Es el sentido del portal instalado en su sede en La Orotava con figuras murcianas abierto hasta el 9 de enero, A San Miguel de Abona traslada el MAIT su colección de Belenes de Iberoamérica. Está en la Casa del Capitán hasta el próximo 8 de enero.