El pasado jueves, Bodegas Marba, de la Denominación de Origen Tacoronte-Acentejo, recibía el Premio San Andrés 2020, que concede el sector vitivinícola de la isla, en un acto celebrado en la Casa del Vino de El Sauzal. No fue público, por las restricciones sanitarias que impone la pandemia del coronavirus, de manera que el aforo estuvo limitado a un grupo reducido de personas, con la asistencia de autoridades, premiados y representantes de los consejeros reguladores de las distintas denominaciones de origen.

El alma mater de esta bodega, Domingo Martín Cruz, considera que este galardón representa “una inyección de adrenalina”, un sorbo de moral que afianza “el trabajo que hemos venido haciendo a lo largo de años”, cuajado de esfuerzos, de renuncias y a veces hasta de algún sinsabor, pero también de alegrías inmensas.

Lo cierto es que a la mañana siguiente, agradeciendo la llegada de las lluvias y aún con el retrogusto del premio recorriéndole el cuerpo, se encontraba ya embotellando una de sus marcas: el maceración carbónica. “Estamos muy orgullosos de lo que hacemos”, y lo dice sin imposturas, paladeando cada una de las palabras. La nueva cosecha ha llegado, además, marcada por la ilusión: un rosado afrutado que llevará el nombre de su nieto Hugo, “y que técnicamente está de libro”, afirma Domingo Martín con enorme orgullo. El próximo año, este vino viajará a los certámenes internacionales más importantes, a medirse con los mejores.

Sin vinculación familiar ni heredada con el mundo vitivinícola, fue allá por el año 1993 cuando este emprendedor veía cumplido un sueño: elaboraba sus primeros vinos, que recibieron los elogios de amigos y familiares. Fue un espaldarazo y animado por los buenos resultados se marcó entonces el objetivo de dar un paso más, de alcanzar una mayor calidad.

La bodega se daba de alta en el Consejo Regulador en 1998 y durante dos años comercializó un vino de mesa bajo la marca El Pino, hasta que en el 2000 ponía en el mercado la marca Marba bajo el paraguas de la Denominación de Origen Tacoronte Acentejo. Este nombre compuesto, el acrónimo de los apellidos de la familia Martín Báez, define el carácter de esta bodega, “una decisión tomada con cariño y como reconocimiento al esfuerzo y la dedicación que ha representado la familia en la creación y continuidad de la bodega”, subraya su fundador.

La orientación de los viñedos, el suelo volcánico, la alta insolación y una altitud entre los 300 y 500 metros sobre el nivel del mar consiguen que las variedades que cultivan sean capaces de transmitir unas características únicas a los vinos que se embotellan con el sello de Marba.

Sus viñedos ocupan 6,3 hectáreas que se extienden por los municipios de Tegueste, La Laguna y El Sauzal, unas tierras donde brotan variedades de uvas tradicionales, como es el caso de Listán Negro, Negramolle, Castellana, Tintilla y Vijariego Tinta, y que en el capítulo de las blancas responden a Listán Blanco, Gual, Marmalejo, Verdello, Malvasía, Vijariego Blanco, Málaga y Moscatel.

Además de poseer fincas propias y disponer de otras arrendadas, también compran uvas a los agricultores de la comarca de Tacoronte Acentejo, siguiendo siempre las directrices de calidad que marca la bodega. Actualmente, la experiencia adquirida, la moderna tecnología enológica y el riguroso control del Consejo Regulador de Tacoronte-Acentejo nos confieren la calidad que el consumidor demanda.

Desde el año 2002, los vinos de esta bodega han sido galardonados en distintos certámenes y en diferentes categorías.

La nueva cosecha llega con ilusión: Hugo, un rosado afrutado, en honor a su nieto

La lista lo dice todo. En el reciente Concurso Oficial de Vinos Agrocanarias lograban premio Marba blanco seco barrica, Capricho tinto seis meses barrica y Marba tinto barrica, además Gran Medalla de Oro; en el XXXIII Concurso Regional de Vinos Alhóndiga 2020, el Marba tinto barrica, Marba tinto, Marba blanco seco barrica y Capricho tinto seis meses barrica, también Gran Medalla de Oro, y en la séptima edición de los Premios Monovino 2020, el Marba baboso negro 2018 lograba la Medalla de Oro. El Marba Tinto Barrica, flamante Mejor Vino de Canarias en 2018, también lo fue en el Certamen Agrocanarias de 2016, un verdadero hito que el creador, Domingo Martín, asocia ni más ni menos que a una labor bien hecha, con amor, pasión y una línea impeturbable y personal en el modo de hacer las cosas.

Descorchar una botella de Marba es vivir un sueño líquido.