En la Demarcación del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Santa Cruz de Tenerife existe el convencimiento de que es imperativo fomentar la inversión en obra pública no sólo para alcanzar el nivel de infraestructuras que requiere nuestra sociedad, sino para reactivar la actividad económica tan dañada por la pandemia que vivimos. El efecto multiplicador que supone la inversión en infraestructuras y la rentabilidad socioeconómica inherente en cada ejecución realizada es un argumento más que suficiente para promover e impulsar este tipo de actuaciones.

Sin embargo, independientemente del estado de emergencia sanitaria y económica que atravesamos en la actualidad –que obviamente exige priorizar los recursos públicos– la carencia en infraestructuras de transporte que sufre la isla de Tenerife viene de bastante más atrás, traduciéndose en un caos circulatorio que condena a decenas de miles de usuarios a sufrir atascos prácticamente a diario, con el consiguiente coste temporal, ambiental y económico.

Centrándonos en la solución del problema y huyendo de polémicas partidistas, no es entendible que actuaciones ya planificadas y aprobadas sufran retrasos de décadas en su ejecución e incluso en la propia redacción de los proyectos técnicos que posibilitarían su construcción. En concreto, obras como la Vía Exterior, imprescindible para completar el cierre del anillo insular (¡para convertirse en anillo debe cerrarse!), con un plan territorial parcial aprobado, deberían ser impulsadas sin más demora.

Atendiendo a un análisis eminentemente técnico, esa infraestructura supliría la falta de una trama y secciones viarias en el área metropolitana con capacidad de ofrecer soluciones a un problema de tal magnitud. Las simulaciones realizadas y el análisis de movilidad basado en matrices Origen-Destino de los movimientos entre diferentes comarcas de la isla permiten asegurar que la implantación de esta vía desahogaría en más de 30.000 vehículos diarios las actuales intensidades en las autopistas TF-5 y TF-2 en el área metropolitana.

El trabajo de diferentes ingenieros de Caminos, Canales y Puertos a lo largo de la historia resulta decisivo en el desarrollo de Santa Cruz de Tenerife

Con intensidades medias diarias muy inferiores a este número se justifican inversiones en autopistas en otras partes del país. En nuestro caso, sin lugar a duda, posibilitaría una conducción mucho más fluida y la descarga de los tramos de autopista en el entorno de La Laguna. No hay que olvidar que estos efectos positivos descritos superan con creces los negativos que se esgrimen como justificación para su supresión, y que con las medidas compensatorias que se incluyan en su tramitación se minimizarían todavía más.

El plan territorial que incluye esta Vía supramunicipal admite, por supuesto, su posible revisión – en este caso su pretendida anulación- exige al margen de la justificación oportuna, la participación pública, el informe de las administraciones implicadas, incluso de las personas afectadas.

Hace falta recordar antecedentes de éxito similares en otras vías de circunvalación, entre ellas la Vía de Ronda de La Laguna que, pese a su carácter técnicamente incompleto y ciertas limitaciones en su trazado, ha permitido peatonalizar una parte del casco histórico de la ciudad y, posiblemente, ayudar a su designación como Patrimonio de la Humanidad. Resulta complicado imaginarse esta ciudad hoy en día sin esta infraestructura que, sin embargo, tanta polémica levantó en sus inicios y que su impacto sobre el suelo rústico de la Vega lagunera ha sido prácticamente nulo.

Por ello, desde este Colegio defendemos que no debe perderse más tiempo en desarrollar las actuaciones en infraestructuras planificadas, iniciando las acciones que permitan su construcción lo antes posible, con los ajustes necesarios para minimizar sus impactos negativos.

Una vez ejecutadas esas infraestructuras imprescindibles y ponernos al día en lo urgente, no conviene olvidar el otro gran reto de movilidad que tiene Tenerife. Con un parque móvil de más de 600.000 vehículos en un territorio de 2.000 km2 y con casi 1 millón de habitantes, es necesario afrontar el desafío de inculcar un cambio en el modo de transporte, buscando opciones más sostenibles y limpias que el coche.

Aparecen entonces soluciones complementarias en infraestructuras de transporte público como los modos guiados. Al igual que el caso anterior, la infraestructura del Tren del Sur está planificada y aprobada. En concreto, se hizo por mayoría en el pleno del Cabildo Insular. Si bien existe un debate sobre la priorización de su ejecución dentro de las inversiones de transporte planificadas, ya que por sí sola no resuelve los problemas de congestión existentes en las zonas actualmente más conflictivas, y que necesita del soporte de otras medidas complementarias (infraestructuras y servicios) más flexibles en una concepción de red de transporte multimodal, supondría una alternativa de transporte limpia y sostenible que ayudaría a ese imprescindible cambio de mentalidad y costumbres.

Por un lado, y según corrobora Greenpeace, es el sistema que menos contamina y menos impacto ambiental genera. Si se añade la posibilidad de alimentar su material móvil con energías renovables, tal y como se recoge en los proyectos ya redactados del Tren del Sur, potencia aún más esta afirmación. Por otro, la Unión Europea reconoce según sus propios indicadores de impacto en los “objetivos verdes”, que el 100 % de la inversión en nuevas infraestructuras ferroviarias ayuda al objetivo de lucha contra el cambio climático y que el 40% hace lo propio con la ayuda en la protección del medio ambiente.

Actualmente no solo se da la circunstancia de disponer de los correspondientes proyectos para su construcción, bien sea de manera completa o por fases, sino que además existe la oportunidad de recibir la financiación finalista de fondos europeos para su implantación en Tenerife que permitirían destinar otros fondos a infraestructuras muy necesarias y urgentes como las relacionadas con el ciclo del agua. Por ello, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos aboga por comenzar sin dilación los trámites administrativos y ambientales que posibiliten su implantación.

El desarrollo de las actuaciones descritas serviría para reducir, en el primer caso, el atraso histórico en infraestructuras de trasporte esenciales, y en el segundo facilitaría una alternativa de transporte imprescindible para hacer más sostenible la isla. En ambos casos, es una de las mejores maneras de dinamizar e impulsar la economía insular. Solo hace falta voluntad política y gestionar con eficacia y agilidad los recursos económicos. La colaboración técnica ya la tienen desde nuestro colectivo.