El histórico Pub y Sala de Arte Añepa echó anoche el cierre después de 40 años de trayectoria como referente villero en el ocio nocturno, la cultura y la música en vivo. Francisco José González García, más conocido como Pepe 'el del Añepa', cerró anoche por última vez la puerta de la casa de la calle Rosales donde varias generaciones han disfrutado del espacio de La Orotava "con más libertad por metro cuadrado", una frase acuñada por un cliente y amigo que disfrutó de alguna de aquellas grandes fiestas de carnaval en la Villa. Los efectos de la pandemia del coronavirus han obligado a clausurar, sólo unos días antes de su 40 aniversario, este templo de la última copa, la buena música y el arte en las paredes.

Pepe reconoce que tras el confinamiento por el estado de alarma el Pub Añepa vivió "una de las mejores épocas de su historia, con un ambiente maravilloso, mucha clientela y las cenas que organizábamos junto al restaurante Izakaya". Fueron días de éxito desde julio hasta la primera quincena de agosto, cuando la afluencia de clientes comenzó de nuevo a mermar por las restricciones. La puntilla la dio la obligación de cierre a las 00:00 horas por el semáforo rojo del Covid-19: "La hora a la que este negocio prácticamente empezaba a funcionar".

Entre risas reconoce que esperaba "una retirada un poco más gloriosa, al menos con la celebración del 40 aniversario". A punto de cumplir 67 años de edad, y ya jubilado, era consciente de que el testigo debía pasarlo más pronto que tarde, pero la pandemia trastocó los planes: "Es un poco triste, pero lo dejo satisfecho porque no cerramos por culpa nuestra ni por dejadez ni por falta de clientela. Las flores de la barra siguen frescas. Nos vamos por una situación que afecta a todo el mundo y que no podemos evitar. No queda más remedio. La pandemia nos obliga a cerrar".

La historia del Pub Añepa comenzó en noviembre de 1980 cuando su promotor quiso traer a La Orotava un modelo de bar que había visto empezar a despuntar en ciudades como Londres o Barcelona. "Desde el principio apostamos por las exposiciones de arte y la música en directo, actividades paralelas a la venta de alcohol. Fue la idea con la que empezamos y es la que hemos mantenido hasta ahora. Son cientos las exposiciones y conciertos que hemos organizado aquí a lo largo de los últimos 40 años, con obras de Yamil Omar, Rafa Pinillos, Rafols-Casamada o Pepe Hernández, aunque siempre fuimos una sala de arte abierta a los artistas jóvenes de Canarias. Nos ha gustado dar la oportunidad a todo aquel que tenía alguna cosa que exponer o que decir. Y también vivimos conciertos tan recordados como el de Taburiente, en unas fiestas de La Orotava, y muchísimos de jazz, tantos que se podría decir que prácticamente todos los músicos de jazz de Canarias han pasado alguna vez por el Pub Añepa".

"Nunca quisimos ser sólo un lugar donde se vendía alcohol, sino mucho más: un espacio para el arte y la cultura; ese lugar de encuentro que todos necesitamos. Una sociedad sin estos rincones donde poder compartir estos ratos es una sociedad peor", explica Pepe, quien tiene claro que las leyendas negras en torno al Añepa son el peaje que pagan "todos los sitios donde se disfruta libertad, que siempre encuentran cortapisas entre algunas personas". Se despide "muy orgulloso" de su trayectoria y recuerda que "después de muchísimas inspecciones de policía y controles de todo tipo jamás se nos ha podido relacionar con nada ilegal más allá de la venta del trago y de habernos saltado alguna vez el horario. Más allá de eso no hay nada".

El Pub y Sala de Arte Añepa recibió el 27 de diciembre de 2005 la Medalla de Plata del Ayuntamiento de La Orotava por sus primeros 25 años de apuesta por el arte y la cultura. Fue un acuerdo adoptado por unanimidad por la corporación local como reconocimiento a sus "numerosos méritos y continuo trabajo en pro de la difusión de la cultura". Y fue precisamente el Consistorio villero la institución que, en octubre de 2011, dio el mayor disgusto a este negocio al ordenar su cierre durante dos meses. "Ese fue el peor momento que pasamos porque nos cerraron por celebrar actividades culturales que, supuestamente, no estaban incluidas en la licencia. No entendimos la dureza de las autoridades locales con uno de los pocos lugares donde la gente podía venir a divertirse. Luego pusimos un contencioso y lo ganamos".

"Lamentablemente no hemos podido seguir adelante con los actos que teníamos previstos para celebrar el 40 aniversario, el 20 de noviembre de 2020, ni la segunda parte de la exposición con los fondos de nuestra galería de arte", detalla. Cerrar a las doce de la noche es incompatible con la realidad del Pub Añepa: "Si estuvimos luchando para que nos dieran una hora más después de las 2:30, imagínate lo que puede suponer cerrar a las 00:00. Es inviable".

"Probablemente seamos el último establecimiento de estas características y de aquella época que queda en Canarias. Hemos aguantado 40 años, pero llegar a las 00:00 y tener que echar a los 10 ó 12 clientes que tienes en el bar es un duelo cada día. Lo que salvaba la nave eran las copas y eso forma parte de la noche. No se aguanta ni siquiera cerrando a la una. Tenemos una forma de ser y nadie va a venir a tomarse un gin tonic a las ocho de la tarde", lamenta. El Pub Añepa fue siempre el lugar al que acudir a tomar algo después de cenar o al cierre de otros bares y por su barra pasaron personajes como Joaquín Sabina, Jorge Drexler, Juan Perro y los miembros de Radio Futura, Mikel Erentxun, Albert Pla, Los Chichos y hasta el expresidente regional Adán Martín, "que solía pasarse a tomarse alguna copa después de los actos en el Casino Taoro porque sabía que aquí encontraría tranquilidad, buen ambiente, discreción y respeto".

Sus hijos dieron sus primeros pasos en el suelo del Pub Añepa y los recuerdos se agolpan: "Anécdotas hay miles después de 40 años en la noche, algunas más o menos graciosas, pero lo cierto es que esto siempre ha sido un lugar de encuentro y creo que muchos lo van a echar de menos. Las cosas se valoran más cuando se dejan de tener y yo me siento muy contento por la fidelidad de la clientela a lo largo de estos 40 años. A mí la gente de La Orotava no me ha dado la espalda nunca".

Pese a que el trabajo en la noche puede llegar a ser duro, Pepe asegura que lo ha disfrutado: "Siempre he venido a trabajar con mucho gusto y me he sentido realizado. Esto no ha sido solo poner copas, sino organizar conciertos y exposiciones, preparar publicidad... ha sido un trabajo muy bonito, que me ha gustado siempre y que en realidad me sigue gustando". El broche de oro a su trayectoria sería encontrar, antes de final de año, un relevo que evitara la desaparición definitiva del Pub Añepa y heredara su licencia: "Lo que sí me entristecería mucho sería que este sitio no lo pueda seguir disfrutando la gente de La Orotava, los jóvenes y los no tan jóvenes. La Orotava necesita un lugar como éste".