El vicepresidente del Gobierno de Canarias, Román Rodríguez, defiende el transporte público como una parte esencial para resolver el problema de la movilidad y se muestra decididamente partidario "del transporte guiado" por su sostenibilidad, rapidez, seguridad y eficacia. Con la premisa de que Gran Canaria y Tenerife necesitan el tren, "ofrezco la colaboración del Gobierno" para impulsar su desarrollo "y estamos dispuestos a poner recursos porque es una apuesta por algo estratégico", enfatizó el también consejero regional de Hacienda. Al tiempo, se ofreció a mediar en la búsqueda de fuentes de financiación como interlocutor ante el Ejecutivo central y Europa así como "entre la iniciativa privada del Archipiélago", mediante la materialización de la Reserva de Inversiones de Canarias (RIC).

Consciente de que es una materia que compete a los Cabildos, merced a una transferencia realizada durante su periodo como presidente de Canarias (1999-2003), Rodríguez recordó que se trata de un tema "discutido en el Gobierno y en el pacto", ámbitos en los que expuso que "soy partidario de tender la mano a los dos grandes cabildos para dinamizar la movilidad terrestre, una de las grandes asignaturas pendientes en las Islas".

Todo ello sin menoscabo de las inversiones en carreteras ya comprometidas y necesarias, así como de la apuesta por una mayor presencia de vehículos híbridos y eléctricos, "pero debe haber una alternativa de transporte colectivo para bajar la presión del ingobernable parque móvil que tenemos en Canarias".

De ello habló el vicepresidente y consejero de Hacienda, Presupuestos y Asuntos Europeos del Gobierno de Canarias, Román Rodríguez, ante la directiva del Círculo de Empresarios y Profesionales del Sur de Tenerife (CEST), ante quienes vinculó las acciones a desarrollar en la comarca a criterios de sostenibilidad ambiental y lucha contra el cambio climático.

Aunque en ningún momento tuvo recato a la hora de reconocer sus conocimientos limitados sobre la realidad del sur de Tenerife (no así de Gran Canaria), Román Rodríguez comprometió el apoyo del Ejecutivo canario a la construcción de una terminal nueva en el Aeropuerto Tenerife Sur-Reina Sofía "como la prioridad de la inversión de AENA en Canarias", no solo porque "es una necesidad y es de justicia", sino por tratarse de uno de los pocos aeródromos rentables del país.

En ese marco, y tras poner en valor las inversiones en Tenerife Norte, La Palma, Fuerteventura y Gran Canaria, Rodríguez consideró imprescindible la representación de Canarias en esta empresa y criticó el proceso de privatización llevado a cabo en AENA, "recurrido por el Ejecutivo presidido por Paulino Rivero, sin que el Gobierno siguiente se planteara ningún reparo".

Además de la movilidad y el aeropuertos, en el encuentro celebrado ayer hablaron de puertos, energía, vivienda y "los temas que estructuran el desarrollo de la comarca de la que depende mucho empleo y futuro", expresó el vicepresidente, quien comprometió "una visita institucional" al sur de Tenerife liderada por el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, con la asistencia del Cabildo y de los municipios que configuran esta región de la Isla.

El foro permitió, además, que el CEST escuchara a Román Rodríguez expresar con contundencia que la "fiscalidad ambiental llega para quedarse", aludiendo así a la tasa turística, de la que se mostró firme defensor argumentando, entre otras cuestiones, que "hay muy pocos destinos punteros en el mundo que no la tengan". En todo caso, tiene claro que se debe ajustar a un programa de gobierno formado por cuatro partidos.

Claridad que también mostró al hablar del gas. "No conozco ninguna institución ni sector relevante que esté defendiendo el gas. En Gran Canaria no lo habrá, solo depósitos para atender la demanda de avituallamiento, pero en Tenerife hay controversia y tengo dudas sobre la resolución final", dijo antes de anunciar que será un asunto a dilucidar en otros ámbitos y por otros protagonistas.

El vicepresidente y consejero de Hacienda volvió sobre sus palabras para concluir su encuentro con el CEST para referirse "al mayor error que hemos cometido todos" en el ámbito de la actividad turística. Se refirió a la poca o nula presencia del sector de Canarias en los operadores turísticos y, esencialmente, en líneas aéreas (Binter, al margen). Entiende que son herramientas fundamentales en las que "hemos fallado".